El hombre fue detenido este jueves tras el allanamiento de una vivienda en el barrio San Antonio de Ciudad del Este. Foto: Édgar Medina.
La Policía Nacional detuvo a Ángel David González en el barrio San Antonio de Ciudad del Este, sindicado como el supuesto financista del homicidio del teniente coronel Guillermo Moral. El crimen del militar ocurrió el pasado 2 de octubre en el barrio Trinidad de Asunción, frente a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Se sospecha que González transfirió dinero a los jóvenes que actuaron como sicarios, incluso para su huida al Alto Paraná tras el asesinato.
El ministro del Interior, Enrique Riera, brindó detalles sobre la ruta investigativa que condujo a la captura de González. El trabajo de inteligencia siguió el rastro de los autores materiales plenamente identificados: Rogelio Lemuel Díaz, de 18 años, y un adolescente de 16 años. Los investigadores rastrearon desde el vehículo de transporte hasta el chofer, quien colaboró e indicó dónde dejó a los pasajeros.
El seguimiento de los sicarios, que se bajaron en el barrio San Antonio, permitió identificar a un tercero con quien conversaron en la calle. Este hilo condujo a las casas de las familias de los jóvenes. Tras 24 horas de monitoreo, los allanamientos revelaron teléfonos, laptops y USB con información importante. Riera explicó que al peritar los dispositivos se identificó a un posible financista en Ciudad del Este.
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Otro factor clave fue la comunicación del padre de uno de los prófugos. El padre chateó con su hijo, lo que permitió a los investigadores determinar su paradero y el celular utilizado. A través de este dispositivo, se encontró la posibilidad de transferencias de dinero al celular del sicario. Riera afirmó que la detención acerca a las autoridades a los autores intelectuales del crimen, calificando la resolución del caso como una “obsesión” para el Gobierno.
El ministro Riera confirmó que la Policía Nacional trabaja con tres líneas de investigación principales para identificar el móvil y a los autores intelectuales del asesinato de Moral. La primera hipótesis está relacionada con el Clan Rotela. Aunque al inicio se allanaron celdas tras un motín ocurrido el día del crimen, la Policía dudó, pues el crimen organizado suele contratar a profesionales y no a dos “inexpertos” sin antecedentes.
La segunda hipótesis abierta sugiere la implicación del crimen organizado regional, concretamente el PCC (Primer Comando Capital). Riera indicó que ni esta ni la del Clan Rotela están descartadas. La tercera línea de investigación es distinta a las dos anteriores y la Policía avanza a un nivel del siete en el diez en la identificación del «paquete completo” de responsables.
El ministro también mencionó que no se descarta la participación de Miguel Insfrán, alias Tío Rico. La Policía mantiene un escepticismo sobre todos los actores posibles. Incluso se maneja la hipótesis de que haya sido un simple amedrentamiento que salió mal. El presidente Santiago Peña ordenó llegar hasta los responsables, interpretando el crimen como un “mensaje” del crimen organizado, según Riera.
A dos semanas del asesinato, la senadora Yolanda Paredes expresó su profunda preocupación por la falta de resultados en la captura de los autores materiales. La legisladora cuestionó la ineficacia del trabajo de inteligencia policial. Advirtió que la inacción podría llevar a la impunidad del caso, sentando un grave precedente en la lucha contra la corrupción militar.
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Moral Centurión era un testigo clave en una causa ligada a presuntos hechos de corrupción en el ámbito militar relacionados con el caso A ultranza. Paredes remarcó que para llegar a los autores morales es fundamental capturar a los ejecutores, Rogelio Lemuel Díaz y el adolescente, quienes permanecen prófugos. La senadora instó a las autoridades a actuar con celeridad para evitar que la impunidad desincentive a futuras personas honestas a denunciar la corrupción.
Fuente: ÚH / ABC
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