El robo ocurrido este domingo en el museo del Louvre sorprendió incluso a las autoridades francesas. En apenas siete minutos, un grupo de ladrones sustrajo nueve joyas históricas pertenecientes a la corona francesa. La acción fue ejecutada con precisión quirúrgica, aprovechando vulnerabilidades en la seguridad del recinto.
Los investigadores confirmaron que el golpe fue cuidadosamente planificado. El ministro del Interior, Laurent Nuñez, afirmó que se trató de un equipo con conocimiento previo del lugar. La rapidez y la coordinación indican una operación propia del crimen organizado.
Atraco en el museo del Louvre Delincuentes robaron nueve piezas de la colección de joyas de Napoleón y la Emperatriz Eugenia de Montijo. Según medios franceses, los ladrones llegaron en scooters y usaron un montacargas para acceder al lugar.
— Azucena Uresti (@azucenau) October 19, 2025
Los asaltantes actuaron al amanecer, en una franja horaria con escasa afluencia de visitantes y personal. El ataque duró entre las 9:30 y las 9:40 de la mañana, momento en que el museo recién abría sus puertas al público.
El acceso desde la fachada del Sena
El punto de entrada fue una zona en obras ubicada en la fachada que da al río Sena. Esta área, menos vigilada por las reformas, se convirtió en el punto débil del museo más visitado del mundo. Los ladrones usaron un montacargas similar al empleado en mudanzas para llegar directamente al primer piso.
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Esa ruta les permitió acceder a la Galería de Apolo, donde se exhiben las Joyas de la Corona Francesa. Allí, rompieron las vitrinas utilizando cortadoras de disco, herramientas eléctricas capaces de perforar vidrio reforzado en segundos.

Dos de los delincuentes ingresaron encapuchados y actuaron de forma sincronizada. Un tercer miembro del grupo los esperaba afuera para facilitar la fuga. La división de roles demuestra una estructura profesional.
El ministro Nuñez describió las piezas robadas como «de valor inestimable», recordando que forman parte del patrimonio histórico francés. Los investigadores sostienen que el grupo conocía a la perfección la disposición interna del museo y los tiempos de vigilancia.
Joyas imperiales y una huida veloz
El botín incluyó nueve piezas de la colección de Napoleón y de la emperatriz Eugenia. Entre ellas se destacan collares, broches y diademas elaboradas con piedras preciosas. Sin embargo, el célebre diamante Regente, de más de 140 quilates, no fue sustraído.
Durante la huida, una de las joyas —presuntamente la corona de Eugenia— fue hallada rota fuera del museo. Este hallazgo sugiere que los asaltantes abandonaron parte del botín para facilitar su escape.

La fuga se realizó en un scooter TMax, un vehículo ágil y difícil de rastrear en el tráfico parisino. Los ladrones tomaron la ruta hacia la autopista A6, que conecta rápidamente con la periferia de la capital.
Las autoridades detallaron que todo el operativo se desarrolló a menos de 800 metros de la sede de la policía de París, lo que aumenta la audacia del hecho. La Brigada de Represión del Bandidaje investiga el caso bajo la tipificación de «robo en banda organizada».
Un museo con historia de robos
El Louvre no es ajeno a los golpes delictivos. En 1911, la Mona Lisa fue robada por Vincenzo Peruggia, un extrabajador que escondió la pintura bajo su abrigo. Dos años después, la obra fue recuperada en Florencia, y el episodio la convirtió en el cuadro más famoso del mundo.
Décadas más tarde, en 1983, dos piezas de armadura del Renacimiento fueron sustraídas del museo. Recién se recuperaron casi cuarenta años después. Estos antecedentes revelan que, a pesar de sus sistemas de vigilancia, el museo sigue siendo un objetivo atractivo para el crimen especializado.
Actualmente, el Louvre conserva más de 33.000 obras que abarcan desde antigüedades mesopotámicas hasta arte europeo. Entre sus tesoros más visitados figuran la Venus de Milo y la Victoria Alada de Samotracia. En temporada alta, puede recibir hasta 30.000 visitantes diarios.
El reciente robo expone las limitaciones de la seguridad incluso en instituciones emblemáticas. La investigación continúa, mientras Francia se pregunta cómo una de sus joyas culturales más resguardadas fue vulnerada en solo siete minutos.
Fuente: Infobae







