Monseñor Gabriel Narciso Escobar Ayala, obispo del Vicariato del Chaco Paraguayo. Foto: Gentileza.
Durante la misa del Domingo Mundial de las Misiones en Caacupé, el obispo Gabriel Escobar lanzó un llamado contundente a favor de la justicia social en Paraguay. Su homilía, seguida por cientos de fieles, tuvo un marcado contenido político y religioso, centrado en la desigualdad y la falta de acceso a derechos básicos.
Escobar, del Vicariato Apostólico del Chaco Paraguayo, instó a que la riqueza del país llegue a todos los paraguayos. Pidió especialmente la garantía de salud pública, jubilaciones dignas y oportunidades equitativas.
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El religioso sostuvo que “todo paraguayo que vive en este suelo guaraní debe contar con un seguro médico accesible” y una vejez sin incertidumbre. Subrayó que la justicia social es un deber cristiano, no una opción, y pidió atención urgente a los sectores más desprotegidos.
En otro momento de su homilía, el obispo exigió una mejora inmediata en los servicios públicos. Reclamó “basta ya de reguladas” en el transporte, cuestionando la calidad del servicio que afecta a miles de ciudadanos cada día.
También insistió en la necesidad de garantizar “trabajo digno, educación acorde a los tiempos y una salud de calidad”. Planteó que el bienestar no puede ser privilegio de unos pocos, sino derecho de todos los paraguayos.
El obispo señaló que la “justicia pronta y sin burocracia” es fundamental para el desarrollo nacional. Recalcó que sin igualdad y sin transparencia, el progreso social no es posible.
Uno de los momentos más comentados de la misa fue cuando Escobar pronunció la frase: “Todos los paraguayos queremos estar mejor, no solo unos cuantos”. Las palabras fueron interpretadas como una referencia al lema de campaña del presidente Santiago Peña, “Vamos a estar mejor”.
El comentario provocó aplausos entre los asistentes, evidenciando el impacto político de sus palabras. Escobar recordó que promover la patria no significa concentrar la riqueza, sino “demostrar la calidad con que tratamos a sus habitantes”.
El discurso combinó espiritualidad y crítica social. El obispo destacó que la fe debe ir acompañada de acciones concretas en favor de los pobres, los desamparados y los olvidados.
El mensaje de esperanza también incluyó una reflexión sobre la misión de la Iglesia. Escobar dijo que los misioneros son “fuente de esperanza entre los pueblos” y que su labor debe reflejar la unidad y la caridad cristiana en tiempos de desigualdad.
Finalmente, el obispo conmemoró los 150 años de la primera expedición salesiana y recordó la canonización de Santa María Troncatti, misionera en la Amazonía. Señaló que su legado debe inspirar a una Iglesia activa y comprometida con las causas sociales del Paraguay.
Fuente: Última Hora
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