El profesor de guaraní y conductor de televisión Ramón Silva atraviesa uno de los mayores desafíos de su vida: una nueva batalla contra el cáncer de garganta, que reapareció después de cinco años. Este jueves inició su primera sesión de quimioterapia, acompañado de un equipo médico compuesto por profesionales paraguayos y extranjeros.
“El tumor sigue creciendo, ya llegó a siete centímetros. Se me inflama la cara y no puedo dormir del dolor”, relató en entrevista con radio Monumental 1080 AM. Pese al sufrimiento físico, Silva asegura mantenerse con fortaleza mental y espiritual. “Yo fui corredor maratonista y parece que estoy en una maratón intensa. Aprendí a resistir esos dolores”, expresó con serenidad.
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El divulgador cultural explicó que su fe en Dios y la Virgen es su principal sostén. Sin embargo, su estado de salud complica las opciones de tratamiento: no puede someterse a cirugía por una arritmia cardíaca que le fue diagnosticada hace un mes. Los especialistas advirtieron que su corazón solo bombea el 21 % de sangre, cuando el mínimo requerido para una operación es del 50 %.
“Con el primer goteo de la quimio, temen que mi corazón no resista”, señaló el profesor, quien actualmente solo puede alimentarse mediante licuados, ya que su mandíbula se trabó por el avance del tumor. Pese a ello, mantiene el optimismo: “Si Dios quiere, regresaré. Estoy poniendo toda mi voluntad”.
Silva deberá recibir quimioterapia cada 21 días durante cuatro semanas. El tratamiento —valorado en unos G. 70 millones por sesión— será cubierto por el Instituto de Previsión Social (IPS), tras gestiones médicas realizadas por su equipo tratante.
El docente también aclaró la polémica surgida cuando pidió ayuda económica. Explicó que su seguro médico privado no cubre tratamientos oncológicos, por lo que debió recurrir a la solidaridad ciudadana para cubrir los gastos iniciales. “No lo sabía, y respeto eso. Pero no tenía de dónde sacar el dinero”, afirmó.
Con voz pausada pero firme, Silva recordó que ingresó al hospital tras una infección grave que lo alejó temporalmente de la televisión. Hoy, con la fe como motor y el apoyo de miles de paraguayos, enfrenta su enfermedad con esperanza. “Estoy en una maratón intensa, pero no pienso detenerme”, concluyó el querido “mbo’ehara”.
Fuente: ÚH
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