EE.UU. baja aranceles y China retoma compras de soja

Los presidentes de Estados Unidos y China acordaron reducir tensiones comerciales tras su primer encuentro en seis años. La reunión, de noventa minutos en una base militar en Corea del Sur, buscó frenar la escalada de medidas que complicaron el intercambio global en los últimos meses.

Trump comunicó que las importaciones chinas quedarán sujetas a un arancel de 47%. Señaló que la rebaja es de diez puntos porcentuales respecto de la tasa promedio vigente antes del encuentro. El tono posterior fue optimista y apuntó a una distensión inmediata en la relación bilateral.

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El mandatario estadounidense calificó el diálogo con una fórmula enfática. Dijo: «Yo diría que en una escala del 1 al 10, siendo 10 el mejor, diría que la reunión fue un 12». Luego, desde el Air Force One, agradeció al líder chino y habló de una reunión «verdaderamente grandiosa» en su red social.

Por su parte, Xi enfatizó la necesidad de estabilidad en la agenda común. Según un comunicado oficial, describió el comercio como «lastre y hélice» de las relaciones bilaterales. Añadió que ambos países deberían cooperar en enfermedades infecciosas, inteligencia artificial e inmigración ilegal.

Reducción de aranceles y controles estratégicos

El esquema incluye compromisos recíprocos. Trump afirmó que China reanudará la compra de soja estadounidense y postergará por un año restricciones a las tierras raras. La medida alivia riesgos sobre cadenas de suministro de sectores como teléfonos móviles y aviones de combate.

Un portavoz chino indicó que, además del recorte arancelario, Washington suspenderá por un año una investigación sobre la industria naval de China. También pausará una regla que ampliaba controles de exportación a subsidiarias de empresas, con impacto potencial en flujos tecnológicos.

Desde Pekín, se confirmó el aplazamiento de los controles a las tierras raras durante un año. Se anunció cooperación ampliada para frenar el envío de precursores químicos de fentanilo a Estados Unidos. En paralelo, se anticipó un impulso al comercio agrícola entre ambas economías.

Trump sostuvo que el acuerdo podría cerrarse «muy pronto». Aclaró, sin embargo, que su renovación será anual, lo que mantiene cierto margen de incertidumbre. Señaló: «Ahora, cada año, renegociaremos el acuerdo, pero creo que el acuerdo continuará durante mucho tiempo».

Aunque el arancel baja, seguirá por encima del promedio previo al segundo mandato de Trump. En Estados Unidos, los importadores pagan los aranceles y suelen trasladar el costo a empresas y consumidores. Esa dinámica se percibe como un factor que puede presionar los precios finales.

Soja y calendario anual de compras

La soja volvió a ocupar un lugar central. Trump dijo que China acordó comprar «enormes cantidades» del cultivo estadounidense, tras un boicot aplicado en respuesta a los aranceles. El anuncio apunta a recomponer flujos agrícolas y a despejar tensiones sobre inventarios y precios.

Después del encuentro, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó a Fox Business que China comprará 12 millones de toneladas métricas «esta temporada». Agregó que el compromiso prevé al menos 25 millones de toneladas métricas por año durante los próximos tres años.

El campo estadounidense había expresado malestar por la política arancelaria y por la apertura de otros mercados. El sector, que apoyó mayoritariamente a Trump en las elecciones pasadas, reclamaba previsibilidad para planificar la próxima campaña y asegurar rentabilidad.

En paralelo, la analista Even Pay, de Trivium China, consideró que el anuncio es favorable para los agricultores de Estados Unidos. Advirtió, no obstante, que las compras chinas difícilmente regresen a los niveles previos a la guerra comercial del primer mandato.

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La experta atribuyó el nuevo escenario a la diversificación del abastecimiento que impulsó Beijing. Señaló, además, que compradores chinos buscan evitar la «incertidumbre de la geopolítica» y reducir exposición a interrupciones en la oferta, precios y logística internacional.

En ese proceso, Argentina resultó beneficiada durante el boicot a la soja estadounidense. China adquirió cargamentos desde ese origen para compensar faltantes, como parte de una estrategia de aprovisionamiento flexible. La reconfiguración podría moderarse si el acuerdo se sostiene.

Fuente: Clarín

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