Jueza de Paz Nathalia Garcete en círculo. Gentileza El Observador.
El ex ujier Édgar Fabián Ayala Melo declaró en la audiencia preliminar ante el juez de Delitos Económicos Humberto Otazú. Expuso su paso por el Juzgado de Paz de La Catedral, Segundo Turno, a cargo de la jueza de Paz Nathalia Garcete, y detalló prácticas vinculadas a notificaciones en juicios ejecutivos.
Ayala sostuvo que, al ingresar, conversó con la magistrada sobre la administración de los cobros. Indicó que se estableció un reparto porcentual de las recaudaciones semanales por notificaciones. Afirmó que recibiría el 30%, mientras el resto quedaría en poder del juzgado bajo la dirección de la jueza.
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El procesado describió un esquema de ejecución de cédulas con apoyo externo. Dijo que la magistrada pidió mantenerse atento a “personas tipo delivery” que asistían cuando las cargas lo requerían. Relató que ese grupo variaba y aceptaba montos inferiores para cubrir un volumen alto de diligencias.
Según su testimonio, procuradores de empresas y abogados particulares acercaban proyectos de cédulas ya preparados. Argumentó que la secretaría contaba con una impresora antigua, de cinta, lo que afectaba la fluidez de trabajo. Señaló que, por ese motivo, a veces se usaban dos hojas y papel carbónico para agilizar originales y copias.
Ayala afirmó que los procuradores entregaban entre 150 y 200 cédulas por tanda. En algunos casos, adjuntaban planillas con el detalle de juicios y montos. Aseguró que esos montos eran inferiores a los valores establecidos por la Corte Suprema de Justicia para las diligencias.
El declarante dijo que informaba a la jueza sobre el volumen semanal y las limitaciones para cumplir todo, incluso con ayuda de motociclistas. Sostuvo que la indicación recibida fue mantener el mismo ritmo y, de ser necesario, emitir informes y reentregar en la semana a los procuradores para su seguimiento.
Añadió que se fijó el porcentaje de ingreso en 30% para él y que el sistema se mantuvo hasta su renuncia en 2023. Afirmó que el juzgado no tenía cámaras ni micrófonos. Describió que la magistrada trabajaba desde un espacio en secretaría, firmando resoluciones y observando el funcionamiento diario.
Indicó que guardaba planillas y copias de recibos bajo su escritorio. Apuntó que la jueza conocía la dinámica del despacho. Aclaró que su asignación era “netamente” la notificación de cédulas y que se retiraba temprano, con horario hasta las 9:30, por lo que organizaba entregas y retornos para cumplir metas.
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El ex ujier mencionó que está en tratamiento psicológico por los hechos y expresó arrepentimiento. Reconoció fallas personales y profesionales en su desempeño. Reiteró que su relato buscaba aclarar los procedimientos observados durante su permanencia en el juzgado.
La defensa solicitó la suspensión condicional del procedimiento. Argumentó que Ayala renunció en 2023, carece de antecedentes y que los tipos penales imputados admiten esa salida. En cuanto a la reparación del daño, la parte dejó a criterio del Ministerio Público y del Juzgado las condiciones y montos a cumplir.
Fuente: Última Hora
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