Un cráneo y otros restos óseos, con cruces viejas y bolsas de basura, en el cementerio de La Recoleta. Al fondo, un árbol caído, que contribuye al estado de abandono del sitio de valor histórico. Foto: FERNANDO ROMERO
El fin de semana que coincide con el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos encuentra a los principales cementerios de Asunción con deficiencias notorias de mantenimiento.
Pese a acciones de limpieza difundidas por la administración del intendente Luis Bello, los trabajos se concentraron en accesos y no alcanzaron áreas internas. La afluencia de familias es alta en estas fechas, lo que intensifica la demanda de pasillos seguros y señalización.
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En el Cementerio del Sur, del barrio Obrero, se verifican senderos en mal estado y tramos imposibles de transitar para personas mayores o con movilidad reducida. La presencia de escombros por derrumbes de panteones, ladrillos y restos de concreto obstruye el paso. Se observan montículos de tierra, desniveles y agujeros profundos que elevan el riesgo de caídas. A ello se suman malezas y restos de árboles en zonas peatonales, así como botellas plásticas, cruces, partes de ataúdes y vidrios rotos.
El deterioro estructural alcanza a numerosos panteones. Si bien el mantenimiento corresponde a propietarios, no se registran acciones efectivas para exigir regularizaciones. Hay nichos con ataúdes y restos óseos expuestos, además de paredes y techos con revoques desprendidos, humedad y grietas. El encargado Arsenio Bobadilla reporta unas 8.046 tumbas numeradas en un área estimada de cinco hectáreas, más fosas comunes no contabilizadas. Señala notificaciones reiteradas sin respuestas y daños no reparados tras una tormenta de hace casi un año.
Visitantes del Cementerio del Sur describen condiciones que dificultan el acceso. Una ciudadana adulta mayor expresó que el lugar debería estar en mejores condiciones por su ubicación y que procura mantener transitable el pasillo hacia el panteón de su familia. También señaló escaso compromiso de varios propietarios y la falta de mantenimiento municipal en camineros clave para personas mayores.
La Recoleta, primer camposanto de la capital inaugurado en 1842, exhibe un panorama de ruina en sectores internos. Se constatan panteones con azulejos y revoques desprendidos, grietas y puertas o ventanas rotas o ausentes. Hay denuncias de profanaciones para sustraer cruces y placas de bronce.
En pasillos se acumulan bloques de cemento y escombros, y se reportan restos óseos a la vista. Sobre la calle Mariano Moras, frente al portón N.º 9, un vertedero irregular degradó la vereda; el retiro con maquinaria pesada dañó el muro perimetral, que hoy presenta un hueco cubierto de forma precaria y una inclinación que expone riesgo de colapso.
De acuerdo con la Municipalidad, los cementerios Recoleta, del Sur y del Este operarán en horario normal durante el fin de semana, de 07:00 a 17:00. La Policía Nacional anunció mayor presencia de agentes durante el día y, especialmente, por la noche en las inmediaciones.
Fuente: ABC Color
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