Misa Central de la festividad de Caacupé.(archivo)
El Dicasterio de la Doctrina de la Fe concluye que la Virgen María no debe ser considerada Corredentora. La precisión doctrinal centra toda mediación salvífica en Cristo. La decisión reubica el lenguaje sobre María en un marco estrictamente cristológico.
La controversia es antigua en la teología católica. La Santa Sede opta por evitar expresiones que puedan oscurecer la mediación única de Cristo. La aclaración llega cuando las devociones marianas crecen a escala global y piden catequesis más nítida.
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En Paraguay surge una pregunta pastoral: ¿se puede pedir milagros a la Virgen de Caacupé? La enseñanza reafirma que la gracia proviene de Dios por medio de la humanidad de Cristo. La súplica mariana, por tanto, se entiende como intercesión, no como fuente autónoma de milagros.
El documento valora títulos como Madre de los Creyentes, Madre Espiritual y Madre del Pueblo Fiel. Vatican News explica que la función materna de María “de ninguna manera disminuye” la mediación de Cristo y más bien la manifiesta. La piedad mariana se ordena, así, a una adoración más plena a Cristo.
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La nota recuerda una línea sostenida por Benedicto XVI: el título de mediadora de todas las gracias no se ve claramente fundado en la Revelación. El Dicasterio reconoce las dificultades que genera esa expresión en teología y espiritualidad. La orientación pastoral privilegia claridad y equilibrio.
La conclusión es tajante: ninguna persona humana, ni siquiera los apóstoles o la Santísima Virgen, puede dispensar universalmente la gracia. “Sólo Dios puede regalar la gracia (milagros) y lo hace por medio de la Humanidad de Cristo”. La devoción mariana, en consecuencia, acompaña y conduce a esa única fuente.
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Vatican News añade que es “siempre inoportuno” usar Corredentora para definir la cooperación de María. El término podría oscurecer la mediación salvífica de Cristo y generar confusiones. Cuando una expresión requiere constantes aclaraciones, advierte el texto, termina por volverse inconveniente para la fe del Pueblo de Dios.
Para las comunidades que preparan el novenario de Caacupé, el mensaje es catequético y educativo. María sigue siendo modelo y Madre de los creyentes; su intercesión orienta a Cristo. La devoción continúa, pero con lenguaje preciso: se pide por su intercesión, y se reconoce que la gracia viene de Dios en Cristo.
Fuente: ABC Color
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