Foto: Reuters.
El tifón Fung-wong golpeó con fuerza el norte de Filipinas, dejando a su paso destrucción, inundaciones y al menos ocho muertos. Con vientos que alcanzaron los 230 kilómetros por hora, el fenómeno provocó la evacuación de más de 1,4 millones de personas y afectó gravemente a comunidades rurales y urbanas.
El temporal tocó tierra en la provincia de Aurora el domingo por la noche como un supertifón, con un diámetro cercano a los 1.800 kilómetros. Aunque se debilitó al cruzar las zonas montañosas del norte, las lluvias torrenciales continuaron causando estragos en varias provincias, dejando sin electricidad a miles de hogares y aislando a decenas de comunidades.
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Según la Oficina de Defensa Civil, al menos 132 aldeas quedaron bajo el agua, y unas mil viviendas sufrieron daños severos. En la provincia de Catanduanes, una persona murió ahogada por las inundaciones, mientras que otra perdió la vida al derrumbarse su casa en la ciudad de Catbalogan, Samar.
Más de 318.000 personas permanecen en centros de evacuación, mientras las autoridades continúan con las tareas de rescate y asistencia. “Aunque el tifón ya pasó, las lluvias aún representan un peligro en ciertas zonas del norte de Luzón, incluyendo el área metropolitana de Manila”, advirtió Bernardo Rafaelito Alejandro IV, portavoz de la Oficina de Defensa Civil.
El presidente Ferdinand Marcos Jr. declaró el estado de emergencia nacional ante la devastación provocada por Fung-wong y por el reciente paso del tifón Kalmaegi, que dejó más de 220 muertos antes de llegar a Vietnam. El mandatario instó a las autoridades locales a priorizar la seguridad de los ciudadanos y acelerar la rehabilitación de las zonas afectadas.
La crisis también afectó el transporte aéreo y marítimo. Más de 380 vuelos fueron cancelados y unas 6.600 personas quedaron varadas en puertos tras la prohibición de navegar por el fuerte oleaje. Las escuelas y oficinas públicas permanecerán cerradas hasta nuevo aviso.
Aunque Filipinas no ha solicitado ayuda internacional, el secretario de Defensa Gilberto Teodoro Jr. confirmó que Estados Unidos y Japón se ofrecieron a colaborar con asistencia humanitaria y recursos logísticos para la recuperación.
Cada año, el país enfrenta alrededor de 20 tifones, además de terremotos y erupciones volcánicas. Con Fung-wong, Filipinas vuelve a evidenciar su vulnerabilidad ante los desastres naturales y la necesidad urgente de fortalecer sus sistemas de prevención y respuesta.
Fuente: Euronews
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