Gustavo Adolfo Florentín Silva, suboficial de la Policía condenado a 24 años de cárcel por el crimen de Rodrigo Quintana. Foto: Gentileza
La Cámara de Apelaciones confirmó este lunes la condena de 24 años de prisión para el suboficial Gustavo Adolfo Florentín Silva, declarado responsable del homicidio doloso del dirigente liberal Rodrigo Quintana. El crimen ocurrió en la madrugada del 1 de abril de 2017, durante el operativo policial que irrumpió en la sede del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) en pleno clima de protestas contra la enmienda para la reelección presidencial.
La resolución, firmada de manera unánime por los camaristas Bibiana Benítez Faría, José Agustín Fernández y Delio Vera Navarro, rechazó todos los argumentos presentados por la defensa del uniformado. Los abogados alegaban falta de pruebas directas y errores en la valoración de los elementos producidos en el juicio oral.
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El tribunal de alzada concluyó que la sentencia inicial —dictada por el colegiado encabezado por la jueza Lourdes Garcete— realizó un análisis integral de los indicios, su correlación lógica y la forma en que estos permitieron reconstruir la secuencia de hechos. Para los magistrados, la cadena probatoria sostiene sin margen de duda que Florentín fue el autor del disparo que terminó con la vida de Quintana.
Entre los elementos destacados figura el daño observado en la puerta del local partidario y el testimonio de Diego Armando Garcete, quien relató cómo intentó cerrar el acceso mientras la policía violentaba la entrada. La autopsia confirmó que Quintana recibió múltiples impactos de munición que provocaron un colapso pulmonar fatal.
Otro punto analizado fue la participación irregular de Florentín en el operativo. Los jueces señalaron que no existía orden escrita que autorizara su presencia en el pelotón policial, ni registro de retiro de arma. Aun así, ingresó con el grupo que forzó la puerta del PLRA poco después de la medianoche del 1 de abril.
Los estudios físico-químicos realizados a las armas utilizadas también fueron claves. El análisis descartó que el disparo proviniera de la escopeta del suboficial Arnaldo Báez, como sostenía la defensa, debido a que su arma contenía balines de goma y no munición letal.
La jueza Garcete, en la sentencia confirmada, consideró agravantes el incumplimiento de los reglamentos policiales y la especialización que el acusado tenía en manejo de disturbios. También subrayó que las personas dentro del PLRA huían sin representar amenaza, lo que descartó cualquier posibilidad de legítima defensa o causa justificada.
Con esta resolución, Florentín queda firme como único condenado por uno de los episodios más controvertidos de la crisis política de 2017. El fallo reafirma la responsabilidad individual del uniformado y deja abierto el debate sobre la actuación institucional de aquella noche, un punto que continúa siendo materia de discusión pública.
Fuente: ABC Color
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