Fachada actual del edificio Excelsior del MEC. Foto: SILVIO ROJAS
El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) volvió a quedarse sin interesados en la venta del edificio Excelsior, una estructura de 13 pisos que la institución mantiene abandonada desde hace más de una década. El segundo remate público, realizado este lunes por la mañana, terminó sin oferentes pese a que el precio base se fijó en G. 9.120 millones.
El inmueble, ubicado en Presidente Franco y 15 de Agosto, fue adquirido en 2009 por la administración del entonces ministro Luis Riart por alrededor de G. 14.000 millones. Años después, esa operación derivó en su condena por lesión de confianza, ya que la compra se concretó sin contar con el título de propiedad, documento que el Estado recién obtuvo en 2019.
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Una consultoría financiada por G. 300 millones aconsejó en 2023 desprenderse del edificio ante su avanzado deterioro. El MEC siguió esa recomendación y habilitó una primera subasta el 27 de octubre. Aquel intento también fracasó: un oferente extranjero presentó una propuesta casi idéntica al precio base, prometió volver para concretar el anticipo, pero nunca regresó.
El segundo remate se llevó a cabo este lunes en la sede del MEC Ramón Indalecio Cardozo. Esta vez solo se presentó un representante de un posible comprador, pero no completó los requisitos para ingresar a la lista de oferentes ni presentó oferta. Tras 50 minutos de espera, la subasta fue dada por desierta.
Juan Manuel Arce, asesor jurídico del MEC, explicó que el decreto vigente habilitaba únicamente dos fechas para la venta, por lo que una tercera convocatoria solo será posible con una nueva autorización presidencial. Reconoció que no está claro por qué no aparecen interesados, pese a la amplia difusión y a las condiciones formales del proceso.
El edificio permanece bajo resguardo del MEC y efectivos policiales; sin embargo, organizaciones juveniles denunciaron recientemente que el lugar sigue siendo utilizado como refugio improvisado ante su estado de abandono.
Con dos remates sin resultados y un patrimonio deteriorándose en pleno microcentro, el futuro del Excelsior vuelve a quedar en manos del Ejecutivo, que deberá decidir si insiste en la venta o busca una salida alternativa para un inmueble que se volvió símbolo de mala gestión y pérdida de recursos públicos.
Fuente: ABC Color
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