Técnicos colocando el equipo antichespi en el barrio. Foto: Gentileza
La comunidad del barrio Santa Ana de Piribebuy decidió enfrentar la inseguridad con organización y tecnología. Desde el viernes, los vecinos cuentan con un sistema de alarmas comunitarias que se activa desde una aplicación móvil cuando alguien detecta una situación sospechosa en la zona.
El proyecto, impulsado por la comisión vecinal, permite que cualquier residente emita un aviso inmediato. Con solo presionar un botón en el celular, una sirena de amplia potencia se enciende y su sonido alcanza unos 400 metros a la redonda, alertando a todas las familias del sector. Al mismo tiempo, cada usuario recibe en su teléfono el nombre de la persona que activó la alarma, lo que agiliza la respuesta.
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Roberto Cabral, presidente de la comisión, explicó que el sistema busca prevenir robos y evitar la presencia de intrusos que suelen aprovechar descuidos o calles poco iluminadas. Para él, la organización barrial es clave: “Esto es por la seguridad de todos; cuando el barrio reacciona unido, los delincuentes ya no se animan a entrar”, señaló.
Los primeros equipos fueron colocados en puntos estratégicos: una cuadra cercana al oratorio del barrio y otra en el camino que conduce a la escuela y al arroyo, donde transitan niños y adolescentes. La idea es ampliar gradualmente la cobertura a medida que se consigan más recursos.
Además del sistema de alarmas, los vecinos emprendieron mejoras en la iluminación pública. Varios focos fueron reemplazados y otros nuevos se instalaron en plazas y calles laterales, con el objetivo de desalentar actividades delictivas en zonas oscuras.
Cabral adelantó que el siguiente paso será incorporar cámaras de circuito cerrado en cada bocacalle. La comunidad ya organiza nuevas actividades benéficas para financiar los equipos, tal como lo hizo para adquirir las alarmas. Entre las iniciativas recientes figuran rifas, ventas de comida y sorteos.
El barrio espera que su experiencia motive a otras comunidades a implementar estrategias similares. Para los vecinos de Santa Ana, la cooperación colectiva se convirtió en la herramienta más efectiva para recuperar la tranquilidad en sus calles.
Fuente: EXTRA
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