Trump negocia polémico plan de paz para Ucrania

Un plan de 28 puntos para poner fin a la guerra en Ucrania, negociado entre la administración de Donald Trump y Rusia, contempla exigencias que implican fuertes concesiones por parte de Kiev. La propuesta incluiría la entrega de territorio, una reducción sustancial del tamaño del ejército ucraniano y la renuncia a ciertos tipos de armamento. Según funcionarios familiarizados con el borrador, Ucrania no participó en la redacción de este esquema.

El contenido filtrado refleja en gran medida las demandas más amplias que el Kremlin ha sostenido desde el inicio de la invasión. Kiev ha calificado durante largo tiempo esas condiciones como una forma de capitulación. Fragmentos del plan fueron revelados por dos funcionarios que solicitaron anonimato, uno de origen ucraniano y otro que evitó identificar a su país.

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Se trata del esfuerzo más reciente de la administración Trump por reactivar conversaciones de solución en una guerra que se aproxima a los cuatro años. Sin embargo, algunos comentaristas ucranianos interpretan el borrador como un intento de Rusia de aumentar la presión sobre Ucrania para que acepte concesiones. Ese movimiento se produciría en un momento en que el gobierno del presidente Volodimir Zelenski enfrenta un escándalo de corrupción de alto nivel que podría desalentar el envío de ayuda por parte de sus aliados.

Kiev también soporta una creciente presión en el frente de batalla, con fuerzas rusas que avanzan frente a un ejército ucraniano disperso. Kostiantyn Yelisieiev, ex asesor presidencial de política exterior y actualmente en la oposición a Zelenski, señaló que la posición de Ucrania “no es fuerte” y que esta debilidad es percibida tanto en el interior del país como por socios internacionales y por Rusia.

La Casa Blanca evitó pronunciarse sobre el contenido de la propuesta. Consultado por periodistas, el subjefe de gabinete Stephen Miller afirmó que no tenía anuncios que hacer sobre el plan. Mientras tanto, Washington intenta revivir su iniciativa diplomática tras reuniones de verano entre funcionarios ucranianos y rusos, y encuentros directos entre Donald Trump y Vladímir Putin que no produjeron avances concretos.

Condiciones clave del borrador negociado

Como parte de este renovado impulso, la administración Trump presionó a Rusia y Ucrania para que presenten por escrito los términos de un posible acuerdo. Esos documentos servirían de base para futuras negociaciones. En paralelo, una delegación de altos mandos militares estadounidenses llegó a Kiev para dialogar con autoridades ucranianas sobre opciones para romper el estancamiento en el campo de batalla.

Zelenski, por su parte, intenta reactivar conversaciones de paz que llevan tiempo estancadas. El mandatario se reunió en Turquía con el presidente Recep Tayyip Erdogan, país donde en el pasado se realizaron rondas de diálogo entre Rusia y Ucrania. Erdogan se ha ofrecido nuevamente como mediador entre las partes.

El plan entre Estados Unidos y Rusia surgió de las conversaciones entre Steve Witkoff, enviado de la administración Trump, y su contraparte rusa, Kirill Dmitriev. Un alto funcionario ucraniano indicó que Washington informó a Kiev sobre esas conversaciones, pero no solicitó la opinión ucraniana antes de avanzar. Según esa fuente, los términos presentados resultan inaceptables para el gobierno de Zelenski.

La propuesta requeriría que Ucrania entregue a Rusia la totalidad de la región oriental de Donbas, incluidas zonas aún no ocupadas militarmente. De acuerdo con el grupo DeepState, vinculado al ejército ucraniano y dedicado al mapeo del frente, Moscú necesitaría unos cuatro años adicionales de combates para controlar ese territorio al ritmo actual de avance.

El borrador también prevé limitar el tamaño del ejército ucraniano por debajo de sus niveles presentes y reconocer como rusas la península de Crimea y otras áreas ya ocupadas. Otro funcionario familiarizado con el plan señaló que Rusia exige además la prohibición de presencia de tropas extranjeras en el territorio controlado por Ucrania tras un alto el fuego, lo que bloquearía la propuesta de Francia y Reino Unido de desplegar una “fuerza de estabilización” en la posguerra.

Ventaja militar rusa y presión sobre Ucrania

El mismo funcionario indicó que el plan incluiría la obligación de que Ucrania renuncie a ciertas armas de largo alcance. Actualmente Kiev utiliza con frecuencia drones explosivos de fabricación nacional para atacar objetivos en Rusia a cientos de kilómetros de la frontera, incluso en Moscú. El esquema propuesto guarda similitudes con una oferta rusa presentada en 2022, antes de que Moscú perdiera aproximadamente la mitad del territorio capturado al inicio de la invasión y luego recuperara parte de esas posiciones en combates prolongados.

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En la situación actual, la balanza en el terreno se inclina a favor de Rusia. Este otoño, las fuerzas rusas han amenazado posiciones ucranianas consolidadas y avanzan en pequeñas unidades hacia la ciudad parcialmente cercada de Pokrovsk, en el este de Ucrania, cuyo control se considera en riesgo por parte de varios analistas.

El ejército ucraniano opera bajo fuerte tensión, con falta de personal en varias secciones del frente. Parlamentarios y analistas ucranianos describen brechas de más de 600 yardas en algunos tramos de la línea de contacto. Cada vez más, Ucrania depende menos de la infantería en trincheras y más de unidades que manejan drones explosivos para contener los ataques rusos.

Rusia ha dejado entrever su disposición a sostener un avance gradual y costoso hasta que Ucrania acepte concesiones que recorten sus vínculos de seguridad con Occidente. Kiev sostiene que tales condiciones recompensarían la agresión y dejarían al país en una posición vulnerable. Desde la perspectiva ucraniana, un alto el fuego en esos términos podría servir a Moscú para recomponer fuerzas y preparar una futura ofensiva.

Fuente: Clarin

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