Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Foto: Reuters
Venezuela calificó como una “ridícula patraña” la decisión de Estados Unidos de designar al llamado “Cártel de los Soles” como organización terrorista. Washington vincula a ese supuesto grupo con el gobierno de Nicolás Maduro. La medida podría abrir la puerta a nuevas acciones estadounidenses en el Caribe.
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Estados Unidos ya había adelantado que planeaba clasificar al “Cártel de los Soles” como organización terrorista extranjera. Aún no oficializó la decisión, pero se esperaba el anuncio formal para este lunes. Para Caracas, en cambio, el “Cártel de los Soles” simplemente “no existe” como estructura real.
En un comunicado, la Cancillería venezolana rechazó de forma “categórica, firme y absoluta” la decisión anunciada por Washington. El texto aludió al secretario del Departamento de Estado, Marco Rubio, y describió la acusación como una “infame y vil mentira”. Según el gobierno, la etiqueta busca justificar una “intervención ilegítima e ilegal” contra Venezuela.
Caracas sostuvo que resulta “necio” que el Ejecutivo deba destinar tiempo a responder estas “infamias y calumnias”. Afirmó que el pueblo venezolano se mantiene “unido y cohesionado”, atendiendo la vida nacional y desarrollando sus actividades, incluso en medio de las festividades. A su juicio, esta nueva “maniobra” de Estados Unidos fracasará como lo hicieron anteriores “agresiones”.
El gobierno de Nicolás Maduro instó además a la administración de Donald Trump a rectificar lo que considera una “errática política de agresiones y amenazas”. Señaló que ese enfoque también impacta en el desarrollo de los pueblos del Caribe y no contribuye a un combate real contra el tráfico ilícito de drogas. En este escenario, videos y mensajes difundidos en redes sociales, como el compartido en la cuenta @pueblopatriota, se insertan en la disputa de narrativas entre ambos países.
El término “Cártel de los Soles” comenzó a usarse en Venezuela en la década de 1990. Servía para referirse a mandos militares de alto rango presuntamente involucrados en el tráfico de drogas. Con el tiempo, el concepto se extendió de forma más amplia.
La expresión pasó a aplicarse también a policías y funcionarios civiles, así como a actividades ilegales como la minería y el tráfico de combustible. Los “soles” aluden a las insignias que aparecen en los uniformes de los oficiales de alto rango. De este modo, el término se convirtió en una etiqueta genérica más que en la descripción de un grupo específico.
En 2020, durante el primer mandato de Donald Trump, el Departamento de Justicia utilizó esa denominación para describir una supuesta organización de narcotráfico liderada por Maduro y su círculo cercano. Entonces se anunciaron cargos por narcoterrorismo contra el mandatario venezolano y otros altos funcionarios. Sin embargo, expertos como Adam Isaacson, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, señalaron que no se trata de un grupo con estructura formal, jerarquía definida o membresía declarada.
Hasta este año, la designación de organización terrorista extranjera se había reservado para grupos como el Estado Islámico o Al Qaeda. Estas organizaciones utilizan la violencia con fines políticos y poseen estructuras identificables. La administración Trump amplió el uso de esa etiqueta.
En febrero, el gobierno estadounidense la aplicó a ocho organizaciones criminales latinoamericanas vinculadas al narcotráfico y al contrabando de migrantes, entre otras actividades. La Casa Blanca atribuye a estos grupos la operación de embarcaciones que han sido blanco de ataques militares en el Caribe y el Pacífico oriental. Afirma que las acciones buscan frenar el flujo de drogas hacia ciudades estadounidenses.
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No obstante, el gobierno ha proporcionado pocos detalles sobre las organizaciones exactas a las que responsabiliza. El Ejecutivo venezolano sostiene que estos movimientos militares forman parte de una estrategia para terminar con el control político del chavismo, que ya lleva más de dos décadas en el poder. También se han interpretado como presión adicional sobre Caracas.
Desde la llegada de buques y tropas estadounidenses a la región, la oposición venezolana apoyada por Washington ha reavivado su promesa de remover a Maduro. Este contexto alimenta las especulaciones sobre los objetivos de lo que la administración Trump describe como una operación antidrogas. El propio Trump, al igual que su predecesor, no reconoce a Nicolás Maduro como presidente legítimo de Venezuela.
Fuente: Clarín
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