Ciudadanos se encuentran en figurillas debido a la escasez de buses internos. Foto: Dardo Ramírez.
La crisis del transporte interno en Asunción dejó a 68 barrios prácticamente desconectados. En varios sectores ya no pasa ni un solo bus; en otros, las unidades llegan cada vez menos porque están fuera de servicio o en talleres. La consecuencia golpea directo al bolsillo: miles de vecinos ahora dependen de Uber, Bolt o MUV para trasladarse, pagando mucho más por recorridos que antes costaban un pasaje.
El vocero de las empresas internas, Teófilo Morales, explicó que de todas las líneas originales solo siguen operando tres: la 6, la 1 y la 13-2, con un total de 28 buses para toda la capital. Entre el 20% y 30% de las unidades sigue en talleres y otros cuatro están en mantenimiento, lo que alarga las esperas y vuelve irregular la frecuencia.
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“Pasamos por Venezuela, Brasilia, Kubitschek, después llegamos a la zona del Centro, Colón, Barrio Obrero, Roberto L. Petit y Santa Ana, ida y vuelta. Si estos buses dejan de operar, cuánta gente, cuántos barrios van a quedar sin movilidad y, prácticamente, toda Asunción.”
La Línea 6, por ejemplo, debería circular cada diez minutos en hora pico; sin embargo, un pinchazo o una descompostura puede retrasar todo el sistema y dejar sin servicio a miles de personas.
En los barrios más afectados, los vecinos deben caminar cuadras enteras para llegar a sus casas o a sus paradas habituales porque los buses permisionarios ya no cubren esas zonas. La desaparición de la Línea 16 dejó a cinco barrios completamente desatendidos, sin una sola unidad que los conecte con el resto de la ciudad.
Morales cuestionó a la Junta Municipal, asegurando que las restricciones impuestas terminaron perjudicando a empresas y usuarios. Dijo que, irónicamente, el intento de evitar un aumento del pasaje obligó a los ciudadanos a recurrir a opciones mucho más caras. A su criterio, la falta de criterios técnicos compromete la sostenibilidad del servicio y agrava la situación económica de miles de familias.
En la sesión reciente de la Junta, el concejal Humberto Blasco afirmó que Loma Pytã, Zeballos Cué y Viñas Cué están entre los barrios más aislados. Señaló que el transporte público es un derecho básico y alertó que hay usuarios que gastan hasta la mitad de su salario en plataformas privadas, cuando ese costo debería representar apenas una fracción de sus ingresos.
El malestar ciudadano se hizo evidente en un recorrido por las paradas internas: usuarios que esperan horas bajo el sol, personas que pagan doble para no llegar tarde al trabajo y vecinos que caminan largas distancias porque simplemente no hay otra opción. Algunos ya no pueden sostener los costos actuales. En los barrios afectados, el 2026 aparece como un plazo límite: esperan respuestas antes de que la desconexión sea todavía mayor.
Fuente: ÚH
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