Varias personas se reúnen en la calle durante un colapso de la red eléctrica nacional (REUTERS/Norlys Perez/Archivo)
Un apagón de gran magnitud afectó este miércoles a la mitad occidental de Cuba y dejó sin electricidad a unas 3,5 millones de personas, según informó el Ministerio de Energía y Minas. La interrupción incluyó a La Habana, una de las zonas más densamente pobladas del país. La falla se produjo alrededor de las 5:00 de la madrugada, hora local, y permaneció sin explicación oficial al cierre del reporte.
El evento se originó en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), que atraviesa meses de inestabilidad debido a la escasez de combustible y a las frecuentes averías en sus centrales termoeléctricas. Antes del corte masivo, el país ya registraba déficits prolongados de generación, lo que provocaba apagones diarios de varias horas en distintas provincias. El lunes, el 59% del territorio llegó a experimentar interrupciones simultáneas, la cifra más alta registrada hasta ahora.
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Las provincias afectadas en esta ocasión fueron Pinar del Río, La Habana, Artemisa y Mayabeque. Estas zonas concentran parte importante de la población y de la actividad económica del país. La interrupción elevó nuevamente la preocupación sobre la capacidad del sistema para sostener la demanda en un contexto marcado por la falta de divisas y la reducción de importaciones de combustibles.
En los últimos doce meses, el SEN reportó cinco colapsos totales con restablecimientos que, en algunos casos, tardaron días. También se registraron varios eventos parciales, incluido uno en octubre, cuando la Unión Eléctrica informó sobre una “oscilación” que provocó una desconexión temporal en parte del país. En aquella ocasión, el servicio volvió tres horas después, sin mayores precisiones sobre el origen del problema.
La prolongación de la crisis energética derivó en cortes que superaron las 20 horas diarias en varias regiones. Especialistas independientes atribuyen la situación a una infrafinanciación sostenida del sistema eléctrico, administrado por el Estado desde 1959. Estudios recientes estiman que se necesitarían entre USD 8.000 y USD 10.000 millones para rehabilitar la infraestructura y mejorar la capacidad de generación.
Mientras tanto, el Gobierno responsabiliza a las sanciones externas por lo que denomina una “asfixia energética”. También reconoce una merma en el suministro de combustibles por parte de Rusia, Venezuela y México. Los apagones afectan la producción, el comercio y la vida cotidiana en un país cuya economía cayó 11% en cinco años y enfrenta otra proyección negativa para el cierre del año.
Fuente: Infobae
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