Los alrededores de Caacupé quedaron como un basurero público tras la Misa Central. Foto: Captura de videos
La enorme cantidad de peregrinos que llegó a la Basílica dejó mucha basura en el centro de Caacupé. La postal se hizo evidente después de la Misa Central, cuando la gente empezó a volver a casa en medio de la intensa lluvia que marcó el final de la fiesta. Las calles quedaron llenas de residuos, algo que llamó la atención porque normalmente hay un gran trabajo de organización en la zona.
Aun así, las autoridades no se sorprendieron. Cada año pasa lo mismo, pese a la campaña Basura Cero y a los contenedores instalados.
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En videos grabados después de la ceremonia se ven bolsas, botellas y vasos tirados por todas partes. Esto también ocurrió en la víspera y en las misas anteriores, lo que llevó al intendente Diego Riveros a pedir —otra vez— que no se arroje basura en la vía pública.
El desorden obligó a redoblar el trabajo de los equipos municipales. Los trabajadores de aseo urbano tuvieron que meterse de lleno para despejar las zonas más afectadas y permitir que la gente pudiera circular con normalidad.
Más allá de la mala imagen, la basura trae otros riesgos: tapa desagües, complica el paso de los peregrinos y, con la lluvia, puede llegar a los arroyos y contaminar aún más el entorno.
Fuente: ÚH
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