Fila para agendamiento en el Hospital Central. Arcenio Acuña
Asegurados del Instituto de Previsión Social (IPS) denuncian una crisis sistémica que ha llevado al seguro social al borde del colapso. La crisis se manifiesta en la escasez crónica de medicamentos, infraestructura hospitalaria en decadencia e interminables listas de espera para procedimientos. El impacto recae sobre los adultos mayores y enfermos crónicos.
La situación pone en riesgo la vida de pacientes. La lista de faltantes incluye drogas esenciales para tratar patologías como la diabetes y la epilepsia.
El desabastecimiento afecta directamente a pacientes con enfermedades crónicas. Asegurados reclaman la falta de Dapagliflozina y Sitagliptina, ambos medicamentos cruciales para el manejo de la Diabetes Tipo 2. La Dapagliflozina también es vital para reducir el riesgo de hospitalización por insuficiencia cardíaca.
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Odina Ibarra reveló el impacto económico. Ella debe gastar unos G. 400.000 mensuales en medicinas. La Dapagliflozina le cuesta G. 250.000, una carga insostenible para muchos jubilados. Incluso insumos básicos están en falta. Antonia González denunció que para la colocación de un suero, en el Hospital Central “no tenían ni agujas”.
Otra de las principales quejas es el sistema de agendamiento, calificado como una «burla total». Conseguir una cita se ha convertido en una odisea diaria.
Olga Irigoitia lamentó que, tras llamar y lograr entrar, el operador informa que “ya está llena la planilla, no hay más turnos”. Telma Santacruz lleva dos meses intentando conseguir un turno en Endocrinología sin éxito. Marta Benítez relató cómo la tensión de buscar un turno médico le subió la presión arterial.
A la tortura telefónica se suma la humillación presencial. María Céspedes Ortega describió la situación en el Hospital Ingavi. Para hablar con el personal de Traumatología, el paciente debe estar “en cuclillas”, debido a un vidrio que bloquea el trato. La asegurada denunció que se prohíbe guardar el sitio en la fila, obligando al paciente a estar de pie durante horas.
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El colapso genera situaciones que ponen en riesgo la vida. Lizza Sánchez, una embarazada con sangrado, acudió a Urgencias de IPS Yrendague. La respuesta fue que “no hay ginecólogo para urgencia”. Otro asegurado lamentó la cancelación de su cirugía de tiroides porque “no hay cama en la terapia”.
La indiferencia médica también fue señalada. Una asegurada acudió a IPS Ingavi por dolor insoportable. Fue atendida por una doctora que “estaba pendiente solo de su celular”. La médica le dio un Ketorolac inyectable y le dijo que buscara un turno para consultorio. La paciente tiene cita para fines de diciembre y debe esperar con dolores agudos.
Ante la crítica situación, la Asociación Nacional de Asegurados de IPS anunció una movilización. Mañana, 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, saldrán a las calles. La movilización iniciará en la Plaza Italia y se dirigirá hasta la Fiscalía General del Estado. Los asegurados clamarán para que la salud sea considerada “un derecho humano” en los hechos.
Fuente: ABC Color
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