El presidente de la República, Santiago Peña, dispuso la baja deshonrosa del coronel Luis María Belotto Quiñónez de las Fuerzas Armadas de la Nación. La medida se adopta tras la condena del militar por intentar introducir un teléfono celular a la celda del supuesto narcotraficante Miguel Ángel Insfrán, conocido como Tío Rico. La decisión lo aparta de manera definitiva de la carrera castrense.
La Presidencia de la República informó que el jefe del Ejecutivo firmó el decreto que formaliza la baja deshonrosa del entonces coronel CDEM. El documento establece que Belotto deja de formar parte del cuadro de oficiales de las Fuerzas Armadas. Además, vincula directamente la sanción con la condena penal dictada en su contra en el marco del caso Tío Rico.
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Belotto fue sentenciado junto a su esposa, Alba Ale de Belotto, y el abogado Miguel Mendieta, representante de Miguel Insfrán. Los tres fueron considerados responsables de intentar ingresar un celular a la celda del supuesto narcotraficante. La justicia les impuso una pena de dos años de prisión, con suspensión de la ejecución de la condena, lo que evitó su reclusión efectiva, pero no la sanción militar.

Según se detalla en el decreto presidencial, el Tribunal de Honor de las Fuerzas Armadas calificó la conducta del entonces coronel como indigna. Esa valoración activa la máxima sanción prevista en el ámbito castrense, que es la baja deshonrosa. El documento señala que el comportamiento se aparta de los principios éticos que deben regir a todos los integrantes de las filas militares.
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El texto oficial menciona expresamente valores como la honestidad, el respeto y la integridad. Señala que estos principios son esenciales para el desempeño de los miembros de las Fuerzas Armadas de la Nación. Por lo tanto, concluye que la actuación de Belotto resulta incompatible con el estándar esperado de un oficial en servicio, más aún en un caso vinculado a un interno de alta relevancia judicial.
Los integrantes del Tribunal de Honor remarcaron que la conducta del ex uniformado es inconciliable con lo que se espera de un líder y miembro de la institución militar. Indicaron que los hechos no solo afectan su nombre personal, sino también la imagen de las Fuerzas Armadas ante la ciudadanía. Con la firma del decreto por parte de Peña, la sanción disciplinaria queda cerrada en el plano militar, mientras la condena penal sigue como antecedente en el expediente del caso Tío Rico.
Fuente: Última Hora







