Hace 46 años, Paraguay escribió uno de los capítulos más grandes de su historia futbolera. El título de la Copa América 1979 vuelve cada diciembre como un recuerdo que late fuerte: la campaña que marcó a una generación y que aún hoy se cuenta con orgullo.
Aquel equipo, dirigido por Ranulfo Miranda, fue construyéndose partido a partido hasta convertirse en un grupo sólido, competitivo y con una personalidad admirable. Y lo hizo en un torneo atípico, sin sede fija, que obligó a la Albirroja a jugar y ganar en distintas canchas del continente.
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El camino arrancó en el grupo 3, junto con Ecuador y Uruguay. El debut fue el 29 de agosto en Quito, donde Paraguay se impuso 2-1 con goles de Alicio Solalinde y Hugo Talavera. Dos semanas después, en el Defensores del Chaco, la Selección repitió la dosis y venció 2-0 a Ecuador, esta vez con anotaciones de Eugenio Morel y Juvencio Osorio. La clasificación se definió en una serie durísima ante Uruguay: 0-0 en Asunción y un electrizante 2-2 en el Centenario, con dos tantos decisivos de Morel que sellaron el pase a semifinales.
En esa instancia apareció Brasil, el gigante del torneo, pero Paraguay no se achicó. El 24 de octubre, con un Defensores repleto, la Albirroja ganó 2-1 gracias a un golazo de chilena de Morel —uno de los tantos más recordados en la historia de la Copa— y un tanto de Talavera. Una semana después, en el Maracaná, el equipo volvió a mostrar carácter y empató 2-2 con goles de Milciades Morel y Julio César Romero, asegurando el boleto a la final.
¡Se cumplen 46 años de un capítulo eterno para el fútbol paraguayo!
En 1979, la #Albirroja ⚪️ alcanzó su segunda consagración en la @CopaAmerica, un hito que aún llena de orgullo al país.
Un reconocimiento especial para quienes hicieron posible esta gesta histórica. pic.twitter.com/oBrur0U7L2
— Selección Paraguaya (@Albirroja) December 11, 2025
La definición ante Chile comenzó el 26 de noviembre en Asunción. Paraguay jugó uno de sus mejores partidos del torneo y triunfó 3-0 con dos goles de “Romerito” y uno de Milciades Morel, quedando a un paso del título. La revancha, jugada el 5 de diciembre en Santiago, terminó 1-0 para los locales, lo que llevó la serie a un tercer encuentro, tal como marcaba el reglamento en caso de igualdad de puntos.
El duelo final se disputó el 11 de diciembre en el estadio José Amalfitani, en Buenos Aires. Ambas selecciones jugaron con el desgaste lógico de una serie tan exigente, y el 0-0 final le dio a Paraguay su segunda Copa América gracias a la diferencia de goles obtenida en los partidos previos. Fue la coronación de una campaña brillante, de esas que permanecen en la memoria colectiva del fútbol sudamericano.
En total, Paraguay jugó nueve partidos: ganó cuatro, empató cuatro y perdió uno. Marcó 13 goles y recibió siete. Eugenio Morel terminó como goleador del certamen con cuatro tantos. El plantel reunió figuras de Olimpia, Cerro Porteño, Libertad, Guaraní, Luqueño, Sol de América y varios otros clubes, convirtiéndose en un grupo inolvidable que dejó una marca profunda en la historia del continente.
Fuente: Versus
