Las tensiones entre Venezuela y Estados Unidos escalaron este miércoles cuando Nicolás Maduro llamó a campesinos y pescadores a “partirle los dientes” al país norteamericano. El mandatario lanzó la advertencia durante una marcha oficial en Caracas, donde aprovechó el escenario para afirmar que la presencia militar estadounidense en el Caribe representa una amenaza directa para Venezuela.
Maduro insistió en que los venezolanos deben estar listos para defender el territorio “de cualquier imperio invasor”. Advirtió que las mismas manos que trabajan la tierra podrían empuñar “fusiles, tanques y misiles” si llegara el momento. También aseguró que crece, a nivel internacional, un respaldo contra lo que calificó como una agresión militar estadounidense en la región.
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Mientras Maduro elevaba la retórica en Caracas, en Oslo ocurría un hecho que reforzaba el contraste político: la líder opositora María Corina Machado fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz. Aunque no pudo asistir a la ceremonia tras pasar 11 meses en la clandestinidad, su caso volvió a generar repercusiones globales el mismo día en que el gobierno venezolano endurecía su discurso.
En Washington, el presidente Donald Trump tensó el panorama aún más al anunciar la incautación de un enorme petrolero frente a las costas venezolanas. Lo describió como “el más grande jamás incautado”, mientras medios como Bloomberg informaron que se trataba de un buque ya sancionado y capturado en aguas cercanas a Venezuela.
La acción se suma a la presión que la administración Trump sostiene contra el gobierno de Maduro, al que vincula con una red internacional de narcotráfico conocida como el Cartel de los Soles.
Desde septiembre, fuerzas estadounidenses han destruido más de veinte embarcaciones presuntamente cargadas con droga en el Caribe y el Pacífico, en operativos que dejaron más de 80 tripulantes fallecidos, según datos del propio gobierno norteamericano.
Trump ha reiterado que los ataques dentro del territorio venezolano podrían iniciar “pronto”, mientras Maduro exhorta a sus seguidores a mantenerse unidos y fortalecer las milicias ciudadanas. Sin embargo, la jornada cerró con un giro inesperado: tras horas de amenazas y discursos combativos, Maduro entonó “Don’t worry, be happy”, un contraste que dejó a muchos observadores desconcertados frente al clima político que vive la región.
Fuente: Infobae
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