Un delincuente apunta con un arma de fuego a su víctima, tendida en el suelo.
El Ministerio Público reportó 58.230 denuncias por hurtos, hurtos agravados, robos y robos agravados en Paraguay. Los datos corresponden al periodo de enero a setiembre de 2025. La cifra surge del informe de gestión 2025 de la Fiscalía. Y es que se trata de hechos denunciados de forma oficial, con todo lo que implica sentarse, relatar lo ocurrido y dejar constancia.
Según el mismo reporte, el volumen total equivale a un promedio de 8,8 denuncias por hora. Dicho así suena frío, pero en la práctica es como si, casi cada seis o siete minutos, alguien llegara a contar que le arrebataron algo. Además, el consolidado reúne varias figuras penales. Allí aparecen el hurto, el hurto agravado, el robo y el robo agravado.
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Del total, 26.875 denuncias fueron clasificadas como hurto. Otras 21.689 causas ingresaron como hurto agravado. En tanto, 5.658 reportes correspondieron a robo agravado. Por último, 4.008 denuncias quedaron registradas como robo. Son números distintos, pero detrás suelen repetirse escenas parecidas: un celular que ya no está, una cartera arrancada, una casa violentada.
El cuadro de incidencias ubicó al Departamento Central como el punto con más denuncias. Allí se reportaron 24.218 casos durante el periodo analizado. En segundo lugar aparece Asunción, con 11.707 denuncias. Además, Alto Paraná quedó tercero con 4.895 hechos denunciados. La verdad es que esa concentración marca un mapa bastante claro de dónde se acumulan los reportes.
El informe remarcó que los números solo reflejan a quienes formalizaron la denuncia. Por lo tanto, el universo real podría ser mucho más grande. En esa línea, el criminólogo e investigador Juan Martens señaló que solo 3 de cada 10 delitos de estas características se denuncian. Es decir, por cada caso que llega al papel, habría otros que se quedan en el comentario de barrio.
Martens también habló del ánimo con el que muchas personas se van después de denunciar. “Lo más grave de esta situación es que el 80 por ciento de las víctimas que denuncian los hechos quedan insatisfechas tras buscar Justicia”, sostuvo. Además, explicó por qué pasa eso: mala atención, poco interés, y casi nulos esfuerzos por recuperar lo robado. En palabras simples, la gente siente que su caso se pierde en el camino.
Además, testimonios recogidos entre víctimas reflejan desgaste y desconfianza hacia las instituciones. Algunas personas dicen que prefieren no iniciar trámites. Otras admiten que el proceso les parece largo y sin salida. En relatos de víctimas aparece la frase: “¿Para qué? Si todo queda en el oparei”. Y ese “para qué” pesa, porque termina empujando a muchos a callar.
En paralelo, el texto menciona medidas de refuerzo de personal en la Policía Nacional. Desde 2024, el Gobierno impulsa la ampliación de efectivos para aumentar presencia en calles y apuntar a la prevención. A finales de 2024 egresaron 5.000 nuevos suboficiales. Asimismo, con otra promoción cercana a 5.000 uniformados, se totalizan 10.000 nuevos agentes incorporados. Sin embargo, la sensación de inseguridad sigue ahí, como un ruido de fondo que no se apaga.
Por otra parte, el material agrega un antecedente de percepción ciudadana sobre el delito. La Encuesta Nacional de Victimización 2017 señaló que 97,1% de la población decía que aumentó la delincuencia. También indicó que 48,1% tenía miedo al caminar de noche en su barrio. En ese contexto, el texto sostiene que las instituciones deben recuperar credibilidad y empujar respuestas que la gente note en la vida diaria, no solo en los informes.
Fuente: Víctor Galeano para Última Hora
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