La moto donde iban una adolescente y su padre quedó bajo la camioneta. Foto: Ariel Espinoza.
El accidente ocurrió alrededor de las 17:00 sobre la ruta PY02, en un tramo recto, sin pendientes ni curvas y con buena visibilidad. Así lo remarcó el doctor Nelson Ojeda, hermano de Pedro Ojeda y tío de la adolescente de 17 años que murieron en el lugar. Contó que, según los informes iniciales de Criminalística, el impacto fue “directo desde atrás” y “extremadameVista previa (abre en una nueva pestaña)nte fuerte”.
“Por los rastros del arrastre se puede ver que fue un choque muy violento. No hay frenada antes ni después”, dijo. Además, señaló un dato clave para la familia: “La moto terminó abajo del vehículo, lo que indica claramente que fue de atrás”. Para ellos, esos elementos sostienen que no fue un roce ni una maniobra leve.
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De acuerdo con el relato familiar, la violencia del golpe causó la muerte instantánea del motociclista y de su hija. Ambos fueron arrastrados y luego arrojados a varios metros de distancia. El dolor, según dijo el tío, todavía no tiene forma de acomodarse.
Las víctimas fueron identificadas como Pedro Alcides Ojeda Quintana, de 57 años, y su hija adolescente de 17. Iban en motocicleta cuando fueron embestidos por una camioneta Toyota Land Cruiser, registrada a nombre de un concejal departamental. Al momento del impacto, el vehículo era conducido por el hijo del edil, un adolescente de 16 años, cuya identidad no puede revelarse por ley.
Nelson Ojeda relató en ABC Cardinal que su hermano vivía en la casa paterna, a unos cuatro kilómetros de la ruta. Contó que desde hacía unos 20 días, Pedro llevaba todos los días a su hija en moto al cursillo probatorio para ingresar a ingeniería agronómica, en Juan E. O’Leary. “Era su rutina. Él la llevaba a clases, terminaba a las 20:30 y volvían juntos”, recordó. Y agregó: “Ese día le estaba llevando a estudiar”.
La adolescente era deportista y jugaba fútbol de campo y de salón. Participaba en torneos y viajaba para competir. Su sueño era ser ingeniera agrónoma, siguiendo el camino de sus hermanos, uno ya recibido y otro aún en formación. En la familia, esa meta era más que un plan, era un orgullo.
Ojeda dijo que vienen de una familia campesina humilde y que su sobrina incluso ya tenía su propia parcela. “Estaba cultivando sandía, preparando semillas de frutilla”, contó. Y dejó una imagen íntima, de esas que quedan clavadas: “A cada fruta le ponía el nombre de los tíos. Estaba encantadísima”.
El hombre fallecido deja un niño de cinco años. Según el familiar, el pequeño pregunta una y otra vez por su papá y su hermana. “¿Cómo se le explica eso a un niño?”, planteó. La pregunta quedó colgando, como tantas cosas después de una pérdida así.
El doctor Ojeda indicó que el adolescente que conducía la camioneta dio negativo al alcotest y a otras pruebas en laboratorios privados. Sin embargo, aclaró que el reclamo familiar no se agota en esos resultados. Para ellos, el punto central está en la decisión previa de permitirle conducir un vehículo de alta gama.
“Es una total irresponsabilidad que un padre otorgue un vehículo de esta potencia y de estas características a un menor de edad”, sostuvo. Y remarcó: “Un niño no tiene noción del peligro ni la experticia para manejar”. También afirmó que en la camioneta viajaban otros adolescentes al momento del choque.
Según relató, vecinos de la zona habrían comentado que el joven ya manejaba ese rodado desde hace tiempo. Dijo que también se mencionaron maniobras peligrosas. Por eso, desde la mirada de la familia, no se trataría de un hecho aislado o casual.
Con la voz quebrada, Ojeda resumió el golpe emocional: “La muerte duele muchísimo y no tiene explicación”. Luego apuntó a lo que considera el inicio de todo: “Sabemos que los accidentes ocurren, pero esto se inició cuando se entregó la llave a un menor. Ahí comenzó el acto irresponsable”.
Pidió que el caso sirva como alerta. “Para que la gente tenga conciencia de que un acto imprudente puede cambiar el destino de toda una familia”, expresó. También agradeció el acompañamiento recibido tras la tragedia: “Miles de personas nos acompañaron, gente que ni siquiera nos conocía nos llamó y se solidarizó”. Y cerró con el pedido que atraviesa todo: “Confiamos plenamente en las instituciones y solo pedimos justicia”.
En el plano judicial, la fiscala interviniente ya presentó imputación por homicidio culposo y exposición al peligro del tránsito terrestre. El caso fue sorteado a un Juzgado Penal de la Adolescencia, donde el menor será convocado para la imposición de medidas. Además, la familia informó que el Ministerio Público adelantó que investiga a los padres por exposición al peligro y violación del deber del cuidado.
Finalmente, el entorno de las víctimas señaló que aún se esperan más elementos probatorios. Se mencionan pericias electrónicas del vehículo de alta gama, declaraciones de vecinos y testigos, y el análisis de una posible grabación de cámaras de seguridad de una estación de servicios cercana.
Fuente: ABC Color
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