Rodeada. María del Carmen Martínez estuvo más de cuatro horas encerrada dentro de una patrulla, cuando en 2015, en plena toma del Campus de la UNA, la fiesta por los 126 años se canceló de repente luego de que la alta funcionaria del Rectorado fuera sorprendida sacando los documentos del edificio. Archivo.
El Tribunal de Apelación Penal de Central otorgó salidas transitorias a María del Carmen Martínez. Ella fue directora de Recursos Humanos de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). El tribunal revocó un rechazo anterior emitido por un juzgado de ejecución de la capital. La decisión se oficializó mediante el Auto Interlocutorio número 1.087. Los magistrados Sonia Deleón, Fabriciano Villalba y María Lourdes Cardozo integraron la sala que firmó el fallo. Esta resolución modifica la situación de reclusión de la mujer, conocida mediáticamente durante las protestas universitarias del año 2015.
Martínez cumple su pena en el Complejo para Mujeres Privadas de Libertad de Emboscada. Anteriormente, la jueza María Lidia Wyder había denegado su solicitud de beneficios carcelarios. Sin embargo, la defensa interpuso un recurso de apelación para revertir dicha postura judicial. La exdirectora fue procesada por intentar ocultar pruebas de presuntos actos de corrupción institucional. Se la vinculó directamente con la gestión del exrector de la UNA, Froilán Peralta. Su caso ganó notoriedad nacional tras ser captada intentando tragar documentos comprometedores durante las movilizaciones estudiantiles.
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La condena definitiva contra Martínez se dictó el 8 de agosto de 2022. Recibió una pena de tres años y seis meses de prisión por el delito de estafa. La sentencia la señaló como autora material de los hechos investigados por el Ministerio Público. Este fallo fue ratificado por las instancias superiores en marzo de 2023. La mujer se entregó a la justicia en septiembre de ese mismo año para iniciar su reclusión. En aquel momento, manifestó haberse enterado de su orden de captura a través de los medios de comunicación.
El caso #UNAnoTeCalles representó un cambio significativo en el control ciudadano de las instituciones. Recientemente, el exrector Froilán Peralta también solicitó salidas transitorias siguiendo un camino procesal similar. Ambos fueron los rostros principales de un sistema de malversación dentro de la mayor casa de estudios del país.
La primavera estudiantil de 2015 logró la renuncia de las máximas autoridades universitarias de la época. Actualmente, los protagonistas de aquel esquema buscan beneficios de libertad condicional o transitoria. Los tribunales evalúan cada pedido bajo los criterios de conducta y plazos establecidos por la ley.
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Herbert Segovia, antiguo vocero estudiantil, reflexionó sobre el impacto de esta lucha histórica. El exdirigente considera que la revuelta es un hito nacional que trasciende a la universidad. Para Segovia, este acontecimiento simboliza la resistencia contra la corrupción y la falta de transparencia. Además, sostiene que este hito debe motivar a las nuevas generaciones de paraguayos.
Se cumplen ya diez años desde aquel levantamiento que cambió la estructura de poder en la UNA. La memoria de la lucha estudiantil sigue vigente como un referente de auditoría social efectiva.
Fuente: ÚH
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