Foto: Archivo- ABC Color.
La nicotina, sin importar el formato en el que se consuma, representa un riesgo directo para la salud cardiovascular. Así lo confirma una reciente revisión científica internacional que desmonta la idea de que los productos alternativos al cigarrillo tradicional sean menos dañinos.
El trabajo fue realizado por investigadores de Europa y Estados Unidos y publicado en la revista European Heart Journal. Allí se analizaron estudios clínicos y datos epidemiológicos sobre cigarrillos electrónicos, tabaco calentado, shishas y bolsitas de nicotina.
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Durante años, estos productos fueron presentados como opciones “más seguras”. Sin embargo, la evidencia recopilada muestra que todos exponen al corazón y a los vasos sanguíneos a los efectos tóxicos de la nicotina.
El cardiólogo alemán Thomas Münzel, uno de los autores del estudio, fue categórico. Señaló que la nicotina es una toxina cardiovascular directa y que su consumo eleva la presión arterial, daña los vasos y aumenta el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular.
Los investigadores explican que la nicotina afecta el endotelio, la capa interna de los vasos sanguíneos. Esto favorece la inflamación, el endurecimiento arterial y la formación de placas, procesos asociados a enfermedades cardíacas graves.
El informe también advierte que el daño no se limita a quienes consumen directamente estos productos. La exposición al vapor o aerosol puede generar alteraciones vasculares, incluso en personas que no fuman.
Otro punto de alerta es el impacto en adolescentes. La industria, según los especialistas, utilizó sabores, diseños llamativos y redes sociales para instalar una falsa percepción de bajo riesgo en los jóvenes.
Desde América Latina, el cardiólogo argentino Guido Bergman coincidió con las conclusiones. Indicó que la nicotina provoca disfunción vascular, mayor riesgo de trombosis y daño cardíaco, aun sin combustión.
En la misma línea, Guillermo Espinosa, del Hospital Italiano de Buenos Aires, advirtió sobre el aumento del consumo de estos productos en chicos en edad escolar. Muchos inician sin haber fumado antes y subestiman los riesgos reales.
Fuente: Infobae
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