Comer las 12 uvas a la medianoche es una clásica tradición de Año Nuevo.
Rituales, costumbres y tradiciones se mezclan en los últimos minutos de la Noche Vieja. También aparecen en los primeros instantes del Año Nuevo. En muchas casas, ese momento trae brindis, abrazos y promesas. Además, suma pequeños “gestos” para encarar el 2026 con otra energía.
Estas prácticas para la prosperidad son el resultado de una larga evolución histórica. Además, surgen de influencias culturales que llegaron desde varias partes del mundo. Con el tiempo, cada familia adoptó su propia versión. Por eso, hoy conviven rituales muy distintos en una misma mesa.
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No existe un punto de partida claro para estos rituales de abundancia. Sin embargo, ya antiguas civilizaciones practicaban procedimientos simbólicos para atraer buena fortuna. Esas ideas se fueron transformando y sumaron nuevas formas. Así, el Año Nuevo se volvió una fecha cargada de símbolos.
Algunas personas los ven como supersticiones. Otras los viven como tradiciones familiares. Por lo tanto, mucha gente decide probar “por si acaso”. La lógica es simple: no cuesta tanto y suma buenas vibras. Además, ayuda a empezar el año con intención.
Uno de los clásicos es la ropa interior amarilla. Es una costumbre muy popular y suele agotarse en tiendas en esta época. Se cree que el amarillo atrae prosperidad y buena fortuna económica. Por eso, aparece en listas de “infaltables” de fin de año.
Otra tradición conocida es comer lentejas. En algunas culturas, un plato de lentejas simboliza prosperidad. Se asocian con pequeñas monedas y con el color verde dólar. Además, no hace falta comerlas a medianoche. Se pueden comer durante todo el 1 de enero.
También se repite la idea de colocar dinero en los zapatos o en la cartera. Algunas personas ponen billetes o monedas en el calzado. Otras lo guardan en la billetera o debajo de la alfombra de entrada. El gesto funciona como símbolo para “llamar” abundancia financiera.
La ropa interior roja aparece como contraparte del amarillo. Se asocia con amor y pasión. Usarla en Año Nuevo se vincula con atraer amor verdadero. También se relaciona con mantener viva la pasión en pareja.
Además, está el abrazo de medianoche. Se dice que abrazar a alguien a esa hora asegura amor y compañía durante el año. Si alguien busca pareja, suele abrazar a una persona del sexo opuesto. La idea es simple y muy popular en reuniones.
Otro gesto tradicional apunta al compromiso formal. Consiste en depositar un anillo dentro de la copa antes del brindis. Se cree que simboliza estabilidad y amor duradero. Además, funciona como una visualización de lo que se quiere construir en 2026.
Para quienes buscan “amor verdadero”, existe un ritual con papel, bolígrafo y vela. Se recomienda una vela rosa o roja. En el papel se dibuja un corazón. Dentro se escribe: “Afrodita, diosa del amor, ven a mí. Trae tus bendiciones a mi corazón y permíteme encontrar el amor verdadero”. Luego se enciende la vela. También se repite la oración tres veces mientras se visualiza el deseo.
La limpieza del hogar es una de las prácticas más extendidas. La idea es limpiar antes de que termine el año. También se sugiere tirar cosas rotas o que ya no sirven. Eso simboliza dejar lo viejo para recibir lo nuevo. Además, da una sensación real de orden.
Otra tradición fuerte es comer doce uvas a medianoche. Se practica mucho en España y Latinoamérica. Con cada campanada se come una uva. También se pide un deseo por cada mes del año. Es un ritual rápido y muy conocido.
Encender velas es otra forma de enfocar intenciones. Se asocian colores con deseos. Las verdes se relacionan con salud. Las doradas se vinculan con abundancia. Las rojas se conectan con amor. Las blancas se asocian con paz.
Para quienes quieren viajar, existe la tradición de sacar las maletas a la calle a medianoche. Algunas personas dan una vuelta a la manzana con ellas. Otras cruzan la calle con la valija. Se repite tantas veces como viajes se deseen. El gesto simboliza nuevos caminos y aventuras.
Una costumbre que se adapta a cualquier objetivo es escribir una lista de deseos. Se hace antes de que termine el año. Luego se guarda y se revisa al final del año siguiente. Además, ayuda a ordenar metas y enfocarse.
Estas tradiciones funcionan, sobre todo, como símbolos. Representan una forma de concentrar la mente en deseos y propósitos. Por lo tanto, no reemplazan el esfuerzo diario. Lo central es mantener una actitud positiva y trabajar por objetivos concretos. Aun así, el ritual puede ser un lindo “empujón” para arrancar el 2026.
Fuente: ABC Color
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