La violencia se ha apoderado de las calles de Río de Janeiro, Brasil, tras la muerte de Matheus da Silva Rezende, un importante jefe de una banda de milicianos.
Como represalia, pistoleros incendiaron al menos 35 autobuses en varios barrios de la ciudad, desatando el caos y paralizando el transporte público.
El incidente ocurrió el lunes cuando los autobuses fueron interceptados e incendiados en una acción simultánea y coordinada en importantes vías de la ciudad.
Las llamas interrumpieron el flujo de automóviles y provocaron embotellamientos, afectando a decenas de colegios y obligando a varias empresas a interrumpir la circulación de sus autobuses.
Según la Policía Militarizada, el violento ataque fue una “represalia” a la muerte de Rezende, conocido como “Faustão”, en un tiroteo con uniformados.
Rezende era sobrino del jefe parapolicial Luis Antonio da Silva Braga, conocido como “Zinho”, y es el tercer miembro de su familia en morir en enfrentamientos con la policía en los últimos seis años.
Grupos criminales incendiaron más de 35 autobuses en diversas vialidades de #RíodeJaneiro
Los ataques se concentraron en el oeste de la ciudad, justo en donde grupos #criminales rivales luchan por el control territorial.
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— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) October 24, 2023
El gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, celebró en sus redes sociales “el duro golpe” asestado “a la milicia más grande de la zona oeste”.
En tanto, el alcalde Eduardo Paes exigió una respuesta firme de las fuerzas policiales y pidió al Gobierno federal actuar para prevenir que hechos similares se repitan.
Las milicias, inicialmente creadas para combatir a los narcotraficantes, terminaron convirtiéndose en los distribuidores de drogas ilícitas en los barrios que controlan.
Los constantes tiroteos entre bandas rivales de narcotraficantes y entre estas y milicianos con la policía han convertido a Río de Janeiro en una de las ciudades más violentas de Brasil.
Fuente: Infobae/EFE
