Luis Fernando Iribarren, conocido como “El Carnicero de San Andrés de Giles” y considerado uno de los asesinos seriales más notorios de Argentina, fue recapturado en Santiago del Estero tras 11 días de fuga. El caso ha captado la atención nacional no solo por la gravedad de los crímenes de Iribarren, sino también por las peculiaridades de su breve periodo en libertad y sus inusuales aspiraciones.
Iribarren, de 59 años, inició su fuga en La Plata, donde estaba autorizado a salir para asistir a la universidad como parte de un programa de reinserción. Su recorrido lo llevó a través de varias provincias argentinas, acompañado en todo momento por su perra, un detalle que añade una capa de singularidad a la historia.
Durante su periodo como prófugo, Iribarren no mostró interés en ocultarse. Por el contrario, expresó a los agentes que lo capturaron su deseo de convertirse en una celebridad de TikTok, declarando: “Quiero ser tiktoker, quiero ser famoso”. Esta aspiración contrasta fuertemente con la gravedad de los crímenes por los que fue condenado.
La fuga de Iribarren comenzó cuando dejó de emitir señales con su pulsera GPS del Servicio Penitenciario Bonaerense. Las cámaras de seguridad lo captaron en la Facultad de Ciencias Económicas de La Plata, desde donde se desplazó en taxi hasta Florencio Varela y luego al microcentro porteño. Su rastro se perdió temporalmente en este punto, generando una intensa búsqueda por parte de las autoridades.
La Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina (PFA), bajo la dirección del comisario mayor Martín De Cristóbal, jugó un papel crucial en la operación de captura. El uso de tecnología, incluyendo el rastreo de señales de celular y el análisis de imágenes de cámaras de seguridad, fue fundamental para seguir los movimientos de Iribarren.
UNO DE LOS MAYORES ASESINOS DE LA HISTORIA CRIMINAL DE LA ARGENTINA, ADENTRO
Se trata de Luis Iribarren Langevin, “El carnicero de San Andrés de Giles”. Estaba detenido en el Servicio Penitenciario Bonaerense, cumpliendo condena de cadena perpetua desde 1995. De allí se escapó,… pic.twitter.com/20risUz1a5
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) September 9, 2024
La captura final se produjo en Villa Atamisqui, Santiago del Estero, un pequeño pueblo de aproximadamente 3.000 habitantes. Iribarren no opuso resistencia y, sorprendentemente, declaró que su plan era llegar a Paraguay para entregarse. Este detalle ha generado interrogantes sobre la seguridad fronteriza y la cooperación internacional en la región.
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Los crímenes de Iribarren son particularmente impactantes. En 1986, asesinó a sus padres y hermanos mientras dormían, utilizando una carabina calibre 22, y enterró sus cuerpos cerca de su casa. Nueve años después, en 1995, mató a su tía Alcira con un hacha, alegando que quería poner fin a su sufrimiento. Estos actos lo sitúan como uno de los asesinos seriales más infames en la historia criminal de Argentina.
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Durante su captura, Iribarren mantuvo su declaración de inocencia, afirmando que su familia lo había incriminado. “Mi familia me empapeló. Yo llegué y los encontré a todos muertos”, sostuvo ante los agentes. Esta persistente negación de culpabilidad, a pesar de las evidencias y condenas, añade una capa adicional de complejidad psicológica al caso.
Fuente: ABC Color
