El feminicidio de Chiara Páez, una adolescente de 14 años embarazada, sacudió a la sociedad argentina el 10 de mayo de 2015 en la localidad de Rufino, provincia de Santa Fe. Su novio de 16 años la asesinó a golpes cuando ella tenía dos meses de gestación y enterró el cuerpo en el patio de su abuelo. Al día siguiente, el agresor participó de un asado familiar a metros del lugar donde había sepultado a la víctima, antes de que su padre, un policía local, lo acompañara a confesar el crimen.
El caso presenta similitudes inquietantes con el feminicidio de Fernanda Benítez ocurrido recientemente en Coronel Oviedo, Paraguay. Ambas víctimas eran adolescentes embarazadas asesinadas por los padres de sus bebés no nacidos, se encontraban en etapas similares de gestación y las comunidades locales se organizaron para buscarlas tras su desaparición. En ambos casos, la búsqueda concluyó trágicamente con el hallazgo de los cuerpos sin vida de las menores.
Un feminicidio que impulsó cambios históricos en Argentina
El brutal asesinato de Chiara Páez marcó un antes y un después para Argentina. El día de su entierro, nació el primer «#NiUnaMenos”, con movilizaciones multitudinarias sin precedentes que se extendieron a 80 ciudades de todo el país. Comunicadoras, activistas sociales y mujeres de diversas esferas se autoconvocaron, con un grupo de periodistas organizándose para visibilizar la problemática y obtener permisos políticos para las movilizaciones, basándose en una agenda con demandas concretas.
La primera marcha del “Ni Una Menos” exigió puntos clave: la implementación —con presupuesto adecuado— de la Ley 26.485 de Protección Integral de las Mujeres; la elaboración de estadísticas oficiales sobre violencia de género; el funcionamiento de Oficinas de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia en todas las provincias; y la aplicación efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). Esta histórica movilización, ocurrida hace una década, tuvo su marcha más grande precisamente un 3 de junio, día en que no solo se pidió justicia para Chiara Páez, sino también para todas las víctimas invisibilizadas. El autor del feminicidio de Chiara fue inicialmente condenado a 21 años, aunque la Justicia redujo la pena a 15 años por ser menor de edad al momento del crimen, una decisión que generó indignación en la comunidad.
El día del entierro de Chiara Páez nació el primer hashtag «#NiUnaMenos», que desencadenó multitudinarias movilizaciones sin precedentes en 80 ciudades argentinas. Comunicadoras, activistas sociales y mujeres de todo el país se autoconvocaron para visibilizar la problemática de la violencia de género. Un grupo de periodistas se organizó para conseguir permisos políticos y estructurar una agenda con pedidos concretos al Estado.
La histórica marcha del 3 de junio de 2015 exigió la implementación con presupuesto acorde de la ley 26.485 de Protección Integral de las Mujeres, la elaboración de estadísticas oficiales sobre violencia de género, el funcionamiento de Oficinas de Violencia Doméstica en todas las provincias y la aplicación efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral. Los manifestantes no solo pidieron justicia para Chiara Páez sino también para las víctimas poco visibilizadas de la violencia machista.
Logros legislativos del movimiento argentino
El movimiento Ni Una Menos impulsó transformaciones estructurales en Argentina durante una década de lucha. Entre sus principales logros se encuentra la creación del Registro Nacional de Femicidios de la Corte Suprema de Justicia, la conformación de un Cuerpo de Abogadas para Víctimas de violencia de género y la sanción de la Ley Micaela, que establece capacitación obligatoria en temas de género para funcionarios públicos.
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El activismo feminista también logró la aprobación de la Ley de Paridad de Género, el Cupo Laboral Travesti-Trans y la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que legalizó el aborto hasta la semana 14 de gestación. Se crearon fiscalías especializadas en violencia de género y se amplió la Línea 144 de atención a víctimas a todo el territorio nacional.
Una de las conquistas más significativas fue la implementación del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia, conocido como ENIA. Esta política pública logró reducir casi el 50% la tasa de fecundidad de niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años en solo cuatro años de implementación. El programa demostró la efectividad de las políticas integrales de educación sexual y acceso a métodos anticonceptivos.
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El autor del feminicidio de Chiara Páez fue inicialmente condenado a 21 años de prisión, pero la Justicia redujo la pena a 15 años debido a que era menor de edad al momento del crimen. Esta reducción generó indignación en la comunidad y evidenció las limitaciones del sistema judicial para abordar la violencia de género. Actualmente, muchas de las conquistas del movimiento Ni Una Menos enfrentan recortes presupuestarios del gobierno de Javier Milei, poniendo en riesgo los avances logrados en la última década.
Fuente: ABC Color







