El ajuste al alza en la proyección de inflación del Banco Central del Paraguay (BCP), que pasó del 3,8% al 4,0% para este año, encendió las alertas entre los analistas económicos. En especial, la preocupación se centra en el encarecimiento sostenido de los alimentos, que repercute con mayor intensidad en los hogares de menores ingresos.
El economista Amílcar Ferreira explicó que la inflación no impacta de manera uniforme en todos los sectores sociales. “Cuando suben los precios de los alimentos, la población de menores ingresos es la más afectada, ya que destina una porción mayor de sus recursos a cubrir necesidades básicas”, indicó.
Ferreira subrayó que este fenómeno genera una percepción distinta de inflación según el nivel de ingreso. Mientras que para los sectores medios puede ser más llevadera, para el 60% de la población que se encuentra por debajo del salario mínimo, representa un obstáculo para participar activamente en la economía.
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En contraste con el escenario inflacionario, el BCP proyecta un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 4,4% para el cierre del año 2025. Según Ferreira, el comercio será el principal motor de esa expansión, seguido de cerca por los servicios y la producción agrícola.
El experto valoró este dato como una señal positiva para la economía nacional, aunque recalcó la necesidad de aplicar políticas que garanticen una distribución equitativa de los beneficios del crecimiento económico. “La mejora del PIB no se traduce automáticamente en bienestar para todos”, advirtió.
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Finalmente, instó a focalizar los esfuerzos en atender el impacto de la inflación en los sectores más vulnerables. “Es crucial monitorear el comportamiento de los precios básicos y tomar medidas que amortigüen su efecto en la calidad de vida de las familias más afectadas”, concluyó.
Fuente: Ñandutí







