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«Economía feminista» busca visibilizar el trabajo reproductivo

“La semana de Economía Feminista” se desarrolla a nivel local con un fuerte énfasis en el reconocimiento de las labores de las mujeres desde el hogar para la formación de hombres y mujeres.

Natalia Quiroga Díaz. Foto: Gentileza.

La Semana de la Economía Feminista está organiza por el Centro de Documentación y Estudios (CDE), el Grupo de Trabajo “Economía feminista emancipatoria” del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Articulación Feminista Marcosur (AFM). La actividad cuenta además con el apoyo de la Unión Europea, ONU Mujeres, We Effect, Diakonia y Oxfam. Se desarrolla desde el pasado martes 28 y concluirá el 3 de diciembre.

Natalia Quiroga Díaz, economista y docente colombiana, conversó con RDN y explicó que la economía feminista busca el reconocimiento de las labores que realizan las mujeres en el hogar y mediante esto la contrapartida por parte del Estado, y el sector privado, en pensiones, derechos sociales y hasta remuneraciones.

Actualmente el trabajo “reproductivo” que realizan las mujeres está oculto y esto es funcional “a no reconocer el verdadero funcionamiento de la economía, el trabajo más importante en la sociedad es el que cuida las vidas”, explicó.

“El ocultamiento de lo que es el trabajo reproductivo, el trabajo del cuidado, ha servido para no reconocer a las mujeres como trabajadoras pero a la vez para que el sector empresarial y el sector estatal no reconozcan ni en la forma de salarios ni en la distribución de los recursos el costo que históricamente han pagado las familias y en particular las mujeres con su trabajo en la formación de hombres y mujeres que luego son trabajadores y consumidores”, apuntó.

El “trabajo reproductivo” llega al 30% o hasta el 40% del PIB dependiendo de cada país y sin esta labor la pobreza en la región se podría incrementar hasta en 15%, aseguró.

“La economía feminista emancipatoria es una visión del mundo que reconoce la desigualdad estructural que han sufrido las mujeres y que en América Latina se expresa en una brecha salarial del 30%. Lo que muestra que mujeres y hombres con la misma capacitación, con la misma edad con las mismas características, tienen salarios diferenciales, porque las mujeres en un sistema patriarcal son consideradas menos valiosas y menos importantes que los varones”, indicó.