Mario Ricardo luego del partido. Foto: UH.
Corría el minuto 20 del encuentro ante Cerro Porteño en el Estadio del Deportivo Capiatá, cuando Ricardo recogió el balón, hizo un “sombrerito” ante su marcador y se mandó un zapatazo.
El balón se coló en el arco del Ciclón y el tanto está siendo noticia a nivel internacional. Vea el video abajo:
Al filo del mediodía de este miércoles, el delantero conversó con la 730 AM sobre su gol y su gran actuación contra el poderoso Azulgrana.
Comenzó diciendo que le fue difícil conciliar el sueño debido a los calambres que sufrió por el cansancio que representó su gran tarea ante el Ciclón de Barrio Obrero.
Contó que cuando tenía solo 10 años sufrió un accidente, jugando con un amigo, lo que le dejó sin la visión en uno de sus ojos. Justamente, la discapacidad le impidió progresar en el deporte, ya que en su momento fue pretendido por un importante representante de futbolistas cuando tenía solo 16 años, sin embargo el interés no prosperó.
Actualmente cuenta con una cancha de fútbol que él administra y le da el sustento, además narró que su familia le apoya monetariamente para que él pueda seguir con su pasión, el fútbol.
Si bien recibió ofertas de clubes de la B y la Intermedia, él no quiso moverse del club que fue fundado por su abuelo y del que su padre también fue futbolista.
Reconoció que recibió llamadas de clubes de Primera División, uno de ellos Sol de América, donde le gustaría jugar, reveló.
“Siempre hago golazos”, manifestó al ser consultado si le sorprendió el final que tuvo su magistral jugado. Agregó que viene de hacerle tres goles a Colegiales, uno de penal, otro de tiro libre y uno con un disparo de zurda desde fuera del área.
También conversó con el medio Pelota Tata e indicó que en su momento llegó a trabajar vendiendo tomates en el Mercado de Abasto.
“Grité con todo corazón y más porque fue contra Cerro”, dijo poco después del encuentro, quien además se declaró fanático del club de Barrio Obrero.
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