El sector de tomateros en Paraguay se enfrenta a una grave crisis debido al contrabando de tomate proveniente de Argentina y a la saturación del mercado nacional con productos extranjeros. La situación ha llevado a los agricultores a vender sus productos a pérdida y denunciar que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) no toma medidas para proteger su producción.
Según datos del MAG, el consumo diario de tomate en el país alcanza los 200.000 kilos, lo que equivale a unos 6 millones de kilos mensuales. Sin embargo, la producción nacional es escasa o nula desde enero hasta los primeros días de mayo, lo que obliga a cubrir la demanda del mercado interno con importaciones desde Argentina.
Lo preocupante es que durante este periodo se emitieron permisos para importar 10.796.556 kilos de tomate, lo que representa casi la mitad del total requerido. Esto sugiere que alrededor de 10 millones de kilos ingresaron al país de forma ilegal o de origen desconocido.
Resulta curioso que, a partir del 5 de mayo de este año, el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) ya no debía emitir Acreditación Fitosanitaria de Importación (AFIDI), ya que se tenía prevista una producción local de aproximadamente 5 millones de kilos de tomate, cubriendo más del 90% de la demanda nacional. Sin embargo, el mercado actual está saturado de tomate extranjero.
Los agricultores nacionales se encuentran vendiendo su producción a un precio muy bajo, aproximadamente G. 50.000 por caja de 20 kilos, sin incluir el costo adicional de la caja de cartón personalizada, que suma otros G. 7.500 por caja. Esto resulta en un precio de comercialización de G. 2.125 por kilo, mientras que el costo de producción en la finca es de G. 3.500 por kilo. Los productores están sufriendo pérdidas significativas de aproximadamente G. 27.500 por caja de tomate vendida.
El presidente del Consejo Nacional de Productores Frutihortícolas del Paraguay (CNPFP), Abel Brítez, ha denunciado que el Senave no está proporcionando la información completa sobre los importadores de tomate ni sobre el traslado de la hortaliza nacional al Mercado de Abasto de Asunción. También se ha señalado que algunos comerciantes no aparecen en los documentos oficiales del MAG, lo que sugiere la posible implicación en actividades de contrabando.
Por otro lado, el técnico de la Dirección de Comercialización del MAG, Ing. Héctor Olmedo, admitió que existe contrabando de tomate, pero señaló que esa problemática está bajo la responsabilidad de la Unidad Interinstitucional de Combate al Contrabando (UIC), dirigida por el ministro Emilio Fuster.
Ante esta situación, los tomateros paraguayos esperan que las autoridades tomen acciones efectivas para proteger su producción nacional y combatir el contrabando, garantizando así un mercado justo y equitativo para los agricultores locales. La transparencia en los procesos y la colaboración entre instituciones serán clave para resolver esta problemática que afecta a todo el sector agrícola del país.







