A pesar de las adversidades que trajo consigo el diagnóstico de epilepsia refractaria y trastorno neurológico a temprana edad, Erika Riveros de 27 años, demostró que la resiliencia y la creatividad pueden trascender las barreras físicas y mentales.
Su habilidad innata para las manualidades se convirtió en una ventana a un mundo donde su expresión artística no solo sirve como terapia, sino también como una fuente vital de ingresos para su tratamiento médico.
Celebrando la tierra de Itakaru a través de la resina
El corazón de la cultura de Yuty resuena en cada pieza que Erika crea. Utilizando resina epóxica, logró capturar la esencia de la “Tierra del Itakaru” en llaveros, collares y otros suvenires que los locales y visitantes adoran.
El Itakaru, una piedra imantada símbolo de Yuty, se fusiona con la resina en manos de Erika, creando piezas que son testimonio tangible de la rica tradición de la ciudad.
Emprendimiento que genera esperanza
No solo la resina y el Itakaru son los materiales que Erika moldea. Su emprendimiento se extiende a la creación de maquetas, organizadores y otros artículos que reflejan la identidad y la belleza de Yuty.
Cada venta no solo le acerca a una mejor calidad de vida, sino que también contribuye a la preservación y promoción de la cultura local.
Una compañera musical en la vida y el amor
La vida de Erika no solo se centra en la creación de suvenires; junto a su pareja Jorge Sosa, también se sumerge en la animación de fiestas bailables. Esta faceta le permite celebrar la vida y compartir alegría con los demás, evidenciando que las condiciones neurológicas no definen su capacidad de vivir una vida plena y enriquecedora.
Un homenaje vivo a Yuty en su 412 aniversario
En el marco del aniversario 412 de Yuty, Erika aprovechó la oportunidad para exponer su talento y sus creaciones, estableciendo un vínculo entre el pasado histórico y la promesa de un futuro donde las adversidades pueden ser moldeadas en formas de esperanza y celebración cultural.
La historia de Erika Riveros es un reflejo de cómo el espíritu emprendedor, combinado con una dosis de creatividad y amor por la cultura local, puede transformar las adversidades en un camino de superación y contribución a la comunidad.
Fuente: ABC.







