Líder del grupo terrorista Hezbollah. Foto: Infobae.
En un golpe contra el terrorismo internacional, las fuerzas de seguridad de Brasil lograron desarticular una trama de atentados que, de acuerdo a fuentes oficiales, estaba siendo orquestada por elementos vinculados al grupo Hezbollah.
Este suceso, que bien podría ser guion de una película de suspenso, sacudió los cimientos de la tranquilidad brasileña y pone de manifiesto la presencia y amenaza que representan grupos extremistas en América Latina.
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La operación, denominada “Operación Trapiche”, resultó en la detención de dos individuos brasileños en territorio nacional y la emisión de 11 órdenes de captura a nivel internacional.
De acuerdo con la Policía Federal (PF), la redada tuvo lugar en diversos puntos estratégicos, incluyendo San Pablo, Minas Gerais y el Distrito Federal.
Los detenidos, cuyos nombres todavía no fueron revelados por razones de seguridad y protocolo legal, enfrentan graves acusaciones. Entre ellas, formación o adhesión a organización terrorista y realización de actos preparatorios de terrorismo.
Los presuntos terroristas habrían sido financiados y reclutados por Hezbollah con el propósito de llevar a cabo ataques contra objetivos de la comunidad judía en Brasil, lo cual incluye, pero no se limita a, sinagogas y otros edificios de significativa importancia cultural y religiosa.
Este acontecimiento trae a la memoria los atentados ocurridos en Buenos Aires en 1992 y 1994, también atribuidos a Hezbollah, y reaviva el temor a que el grupo terrorista busque extender su alcance en el continente sudamericano.
En Brasil, a pesar de no ser catalogado formalmente como una organización terrorista, Hezbollah fue vinculado a varias actividades ilícitas, incluyendo el crimen organizado, lo que representa una amenaza latente para la seguridad y estabilidad de la región.
Fuente: Infobae.
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