Calandria en Asunción: Picotazos por estrés, no por diversión

La calandria que habita sobre las avenidas España y Brasilia en Asunción se convirtieron en una celebridad por los picotazos que propina a quienes osan acercarse demasiado. Sin embargo, lo que para algunos puede ser una curiosidad divertida, para el ave podría desembocar en un estrés extremo que la lleve a abandonar a sus pichones.

Desde Guyra Paraguay, organización dedicada a la protección de la diversidad biológica del país, instaron a la ciudadanía a cesar los “testeos” y las selfies con la calandria. José Luis Cartes, director de la entidad, fue claro al respecto en su cuenta en X (ex Twitter): “Tenemos que dejarle a la calandrita en paz y dejar de boludear con las selfies. El estrés puede afectar a estas aves y sus pichones”.

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El estrés provocado por las constantes visitas humanas podría llevar a la calandria a abandonar su nido y a los pichones. Además, las selfies interfieren con su periodo de nidificación, un tiempo crucial para la supervivencia de las crías.

Contrario a lo que muchos piensan, la calandria no ataca por diversión ni para hacer daño. Sus picotazos son una forma de proteger a sus pichones, alejando a posibles depredadores. Y no solo los humanos están en su lista: perros, gatos, vacas y caballos también pueden ser blanco de sus ataques.

@sheyla.magali ¡El ataque del pájaro era cierto! Que miedo venir distraido y no saber que te atacan ✨ #ataque #asuncion #paraguay #pajarostiktok #sorpresa ♬ Lil Boo Thang – Paul Russell

Las calandrias suelen preferir los ambientes urbanos para anidar. Ubican sus nidos en el follaje o en las horquetas de los árboles, creando un refugio cóncavo profundo con ramas y fibras entretejidas. Además de su instinto protector, son conocidas por su hermoso canto.

Una vez que culmina su periodo de reproducción, la calandria deja su nido y se acerca a las personas en busca de comida. Pero hasta entonces, necesita tranquilidad para cuidar de sus crías.

Por tanto, desde Guyra Paraguay se hace un llamado a la empatía y al respeto hacia la vida silvestre. La próxima vez que veas a la calandria, recordá: es mejor disfrutar de su canto a distancia, sin interferir en su espacio vital.

Fuente: Última Hora.

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