Gran Bretaña ha impuesto una prohibición de teléfonos móviles en las escuelas en un esfuerzo por abordar la violencia en las redes sociales y mejorar el comportamiento en el aula. Las nuevas directrices respaldarán a los docentes en la prohibición del uso de teléfonos incluso durante los recreos, con sanciones para quienes violen la norma.
La decisión sigue la muerte de una adolescente, Brianna, cuya madre, Esther Ghey, ha estado abogando por una prohibición total de las redes sociales para menores de 16 años después de que su hija fuera asesinada por dos jóvenes que planearon el crimen en aplicaciones de mensajería social.
Las políticas ofrecen cuatro enfoques diferentes para implementar la prohibición, desde una prohibición total hasta permitir que los alumnos conserven sus teléfonos bajo estrictas condiciones de no uso. El incumplimiento de estas políticas conlleva sanciones que van desde la confiscación hasta la detención.
El Departamento de Educación argumenta que el uso de teléfonos en las aulas puede distraer y afectar negativamente el rendimiento académico de los estudiantes. La guía está diseñada para promover la coherencia en todas las escuelas de Inglaterra, dejando la decisión final sobre la política telefónica a los directores.
La secretaria de Educación británica, Gillian Keegan, respalda la medida, afirmando que ayudará a mejorar el comportamiento y fomentará una mayor interacción social entre los estudiantes, que se verán obligados a socializar sin sus dispositivos durante los descansos.
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La prohibición responde a un llamado de la Unesco y a evidencia que vincula el uso de teléfonos con un menor rendimiento educativo, aunque algunos críticos advierten sobre posibles desafíos en la aplicación y la efectividad de la medida.
Fuente: Clarín
