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Juana Duarte, la mujer que dejó la cocina para ser gomera

Juana Duarte, de 37 años, es un ejemplo de superación. Dejó la cocina para dedicarse a la gomería, un oficio considerado más para hombres, pero ella demostró que una mujer también puede hacerlo con éxito.

La doña dijo que hay laburo, solo que muchos no quieren trabajar donde se usa la fuerza.

Una historia de superación personal es encarnada por Juana Duarte, una mujer de 37 años que decidió dejar su negocio de hamburguesería para adentrarse en el oficio de la gomería, tradicionalmente dominado por hombres. A pesar de los desafíos iniciales, su determinación y capacidad de aprendizaje rápido le permitieron convertirse en una exitosa empresaria.

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Hace cinco años, Duarte tomó la valiente decisión de abrir su propio local de gomería en el barrio San Isidro de Encarnación, Itapúa, sin tener conocimientos previos en esta profesión. Con perseverancia y esfuerzo, logró capacitarse en tan solo dos meses, adquiriendo las habilidades necesarias para reparar y reemplazar neumáticos de todo tipo de vehículos.

“Antes tenía una hamburguesería, pero debido a la intensa competencia, las ganancias eran escasas. Entonces, decidí cambiar de rubro y abrir mi gomería”, relató Duarte en una entrevista con EXTRA. Su marido, quien es gomero, nunca le enseñó el oficio directamente, pero ella supo aprovechar la oportunidad de aprender observando a su hijastro, quien trabajaba con ella.

Los inicios no fueron fáciles, ya que Duarte debió enfrentar numerosos comentarios machistas que cuestionaban su capacidad para desempeñarse en un trabajo considerado “de hombres”. Sin embargo, lejos de desanimarse, utilizó estas críticas como motivación para demostrar su valía.

“Al principio recibía muchos comentarios machistas, no creían que una mujer podría hacer este trabajo, porque las ruedas son pesadas, especialmente las de los camiones Scania. Yo solo me reía de ellos y con mi trabajo les hacía callar”, manifestó con orgullo.

Una de las tareas más desafiantes para Duarte fue aprender a desarmar las ruedas con la máquina adecuada, ya que un manejo incorrecto podría dañar los neumáticos. Aunque cometió algunos errores al principio, su persistencia y determinación le permitieron dominar esta habilidad crucial.

Actualmente, Duarte es una empresaria consolidada en el rubro, atendiendo a una amplia cartera de clientes que confían en su expertise. Su sueño es poder contar con un local propio, ya que actualmente alquila el espacio donde opera su gomería “KIKI”. Para lograr este objetivo, trabaja incansablemente junto a su marido, quien se unió al negocio hace tres años.

Con una jornada laboral que comienza a las 6:30 a.m. y se extiende hasta las 23:00 horas, Duarte demuestra su compromiso inquebrantable con su profesión. Su disponibilidad para atender a los clientes en cualquier momento y lugar ha contribuido significativamente a su éxito. “La gente me llama nomás ya cuando tiene un pinchazo, y yo voy junto a ellos para solucionarles”, señaló.

La historia de Juana Duarte es un poderoso ejemplo de cómo la determinación, el coraje y la perseverancia pueden superar las barreras impuestas por los estereotipos de género. Su trayectoria inspira a otras mujeres a desafiar las normas sociales y perseguir sus sueños, demostrando que el éxito no tiene género.

Fuente: Extra