La comunidad educativa del Colegio San Agustín de Calle 1, ubicado en la Colonia Blas Garay de Coronel Oviedo, Departamento de Caaguazú, enfrenta una alarmante situación debido a las pésimas condiciones edilicias y la falta de infraestructura básica. Los más de 300 alumnos de esta institución, que brinda una enseñanza especializada en técnicas hortícolas, se ven obligados a recibir clases bajo árboles y a utilizar un único sanitario sin distinción de sexo.
Los padres y directivos del colegio han resaltado las deficiencias que afectan el proceso de aprendizaje y el bienestar de los estudiantes. Algunas aulas se encuentran al borde del colapso, lo que ha llevado a improvisar espacios al aire libre y en estructuras precarias, como un escenario en el patio del colegio, para poder continuar con las actividades académicas.
Además de las carencias en infraestructura, la falta de agua potable se suma a los graves inconvenientes que deben enfrentar diariamente. Esta situación no solo compromete la higiene y la salud de los alumnos, sino que también dificulta el desarrollo de las clases prácticas, fundamentales en una institución enfocada en la formación de técnicos agrícolas.
A pesar de que el pedido de mejora de las deficiencias ha sido incluido en la microplanificación durante 13 años consecutivos, hasta el momento no se han obtenido respuestas positivas por parte de las autoridades competentes. La comunidad educativa, compuesta principalmente por familias de pequeños productores hortícolas, no cuenta con los recursos necesarios para afrontar las reparaciones edilicias por sí misma.
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Ante esta preocupante realidad, la comunidad del Colegio San Agustín clama por acciones concretas por parte de las instancias de gestión a nivel municipal, departamental y ministerial. Es imperativo que se tomen medidas urgentes para garantizar condiciones dignas y adecuadas para el aprendizaje de los estudiantes, así como para preservar su salud y bienestar.
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La situación del Colegio San Agustín de Calle 1 es un reflejo de las desigualdades educativas que persisten en el país. Es fundamental que las autoridades competentes atiendan las necesidades de esta y otras instituciones en condiciones similares, para así asegurar el derecho a una educación de calidad para todos los niños y jóvenes, sin importar su ubicación geográfica o condición socioeconómica. Solo a través de una acción decidida y coordinada se podrá revertir esta crisis educativa y brindar a los alumnos las herramientas necesarias para forjar un futuro próspero.
Fuente: Última Hora.
