La Fiscalía de Brasil imputó al expresidente Jair Bolsonaro y a otros 33 sospechosos por una presunta conspiración para ejecutar un golpe de Estado tras las elecciones de 2022. Según la Procuraduría General de la República (PGR), los acusados habrían incitado y realizado actos contrarios a los tres poderes y al Estado democrático de Derecho.
La investigación de la Policía Federal, iniciada en diciembre de 2024, señala a Bolsonaro como el líder de una “organización criminal estructurada” cuyo objetivo era impedir la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva. Entre las acusaciones destacan los delitos de “golpe de Estado”, “tentativa de abolición violenta del Estado democrático de derecho” y “organización criminal armada”.
El informe de la Policía Federal detalla una trama que incluía la muerte del presidente electo Lula, del vicepresidente Geraldo Alckmin y de un juez del Supremo Tribunal Federal. La imputación también menciona la campaña de desinformación sobre el sistema de urnas electrónicas y los disturbios en Brasilia del 8 de enero de 2023.
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Entre los imputados figuran Walter Braga Netto, exministro de Defensa y candidato a vicepresidente con Bolsonaro; Alexandre Ramagem, exdirector de inteligencia; Almir Santos, excomandante de la Marina; Anderson Torres, exministro de Justicia; y Mauro Cid, exasesor presidencial, quien actualmente colabora con la justicia bajo un acuerdo de delación premiada.
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La decisión ahora está en manos del Tribunal Supremo, que evaluará si abre un juicio formal. Bolsonaro, por su parte, negó las acusaciones y calificó el proceso como “persecución política”. Su hijo, el senador Flavio Bolsonaro, también rechazó la imputación, alegando la falta de pruebas.
Si es declarado culpable, Bolsonaro enfrentaría penas de entre 12 y 40 años de prisión, según el Código Penal brasileño. Mientras tanto, el exmandatario continúa trabajando en su estrategia política para las elecciones de 2026, en busca de revertir su condena de inelegibilidad y postularse nuevamente.
Fuente: RFI
