Foto: Presidencia.
La Cumbre de Poderes, convocada por el presidente Santiago Peña, continúa generando controversia en el escenario político. El mandatario, durante su visita a Ñeembucú, respondió a las críticas con una escueta declaración que refleja la tensión existente entre el oficialismo y los sectores que cuestionan la efectividad del encuentro.
La reunión, celebrada el lunes pasado, ha sido objeto de severos cuestionamientos por parte de diversos sectores políticos y sociales, principalmente debido a la composición exclusivamente cartista de sus participantes. Esta situación ha puesto en duda la verdadera naturaleza del “diálogo” promovido por el Ejecutivo, considerando que las discusiones se limitaron a miembros del mismo movimiento político.
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La respuesta del presidente Peña a las críticas, argumentando que “no vamos a satisfacer las expectativas de todos”, evidencia una postura defensiva ante los cuestionamientos sobre la falta de acciones concretas frente a los escándalos de corrupción revelados en recientes filtraciones de conversaciones.
El contraste entre la retórica oficial sobre la importancia del diálogo y la realidad de una cumbre monopolizada por el cartismo ha profundizado las dudas sobre la capacidad del gobierno para abordar los problemas institucionales del país. La ausencia de representantes de otros sectores políticos sugiere una limitada disposición para un debate verdaderamente inclusivo sobre los desafíos nacionales.
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Particularmente llamativa resulta la coincidencia temporal entre estas controversias y el descenso en los índices de popularidad del presidente, según una encuestadora argentina. La respuesta de Peña ante estos datos, limitándose a señalar que “hay que seguir trabajando”, refleja una aparente desconexión con las preocupaciones ciudadanas sobre la gestión gubernamental.
Fuente: ABC Color
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