El gobierno argentino implementó este lunes una medida económica largamente esperada al levantar parcialmente el denominado “cepo cambiario”, permitiendo a las personas físicas la compra libre de dólares sin topes ni impuestos adicionales a través del sistema bancario oficial. Esta decisión, anunciada por el presidente Javier Milei el viernes pasado, representa un cambio significativo en la política monetaria que durante años limitó a los argentinos a adquirir un máximo de USD 200 mensuales en el mercado oficial, y siempre sujetos a numerosas restricciones e impuestos.
“Pudimos sacar la última espina que nos infligía un dolor profundo, nos deshicimos del cepo cambiario que era una aberración que nunca debería haber existido”, expresó Milei en cadena nacional al anunciar la medida. La liberación parcial del cepo también contempla que las empresas puedan enviar al exterior las utilidades generadas a partir de 2025, una restricción que desalentaba las inversiones extranjeras en el país. Esta flexibilización ocurre en un contexto donde Argentina ha enfrentado durante décadas una inflación persistente, lo que ha llevado a sus ciudadanos a refugiarse en el dólar como método para preservar el valor de sus ahorros.
La historia del “cepo cambiario” en Argentina se remonta a 2011, cuando el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner implementó por primera vez controles sobre la compra de dólares para evitar la fuga de capitales y frenar el aumento de la cotización de la divisa estadounidense. Aunque Mauricio Macri lo eliminó brevemente al inicio de su mandato en 2015, se vio obligado a reinstalarlo con un cupo mensual más bajo antes de finalizar su gobierno en 2019, tras experimentar fuertes corridas cambiarias. Durante la administración de Alberto Fernández, estas restricciones se endurecieron aún más con la imposición de impuestos adicionales del 30% y posteriormente del 35% sobre la compra de divisas extranjeras.
#ENVIDEO | Este lunes, el Gobierno de Javier Milei le dio el fin al cepo cambiario, lo que es el nuevo esquema de flotación cambiaria en #Argentina pic.twitter.com/7z4NbyokrS
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El objetivo primordial de estas restricciones siempre fue proteger las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), ante un problema estructural de la economía argentina conocido como “restricción externa”: el país no genera suficientes dólares para satisfacer la demanda constante, tanto de ahorristas como de productores que dependen de insumos importados. Sin embargo, lejos de solucionar el problema, el cepo generó un efecto contraproducente al fomentar mercados paralelos como el “dólar blue”, el “dólar bolsa” y el “dólar tarjeta”, este último que Milei decidió mantener para operaciones en el exterior con tarjetas de crédito.
Paradójicamente, las mismas restricciones que buscaban conservar las reservas de dólares terminaron limitando el ingreso de divisas al país. Los inversores extranjeros se mostraban reticentes a ingresar capital que luego no podrían repatriar, mientras que el sector agrícola, principal generador de divisas, frecuentemente retenía sus productos ante la brecha entre el dólar oficial y los valores del mercado paralelo. Esta situación generaba una presión constante sobre las reservas del BCRA, que el gobierno utilizaba para mantener bajo el precio del dólar como “ancla” contra la inflación.
Para fortalecer la posición del Banco Central antes de liberar el cepo, el gobierno de Milei logró un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por US$20.000 millones, de los cuales USD 12.000 millones (el 60%) llegarán esta semana como desembolso inicial, un porcentaje sin precedentes para este organismo. Con este nuevo préstamo, Argentina incrementará su deuda total con el FMI a USD 64.000 millones, consolidándose como el país con mayor endeudamiento ante esta institución financiera internacional. “El presente acuerdo lo que busca es restaurar el activo del Banco Central y con ello su patrimonio, para que de este modo la inflación sea solo un mal recuerdo del pasado”, argumentó el presidente argentino.
El impacto inmediato de la liberación del cepo se manifestó en las operaciones bancarias, donde muchos argentinos pudieron comprar dólares a través de sus plataformas digitales por primera vez en años sin restricciones. Las redes sociales se llenaron de comentarios al respecto, desde usuarios que expresaban su sorpresa por la simplicidad del proceso hasta aquellos que, con humor, reconocían que la difícil situación económica actual les impedía aprovechar esta nueva libertad. “Acabo de entrar a homebanking, puse comprar dólares, pagué, compré y se me acreditó al instante y quedé maravillado con algo tan simple como eso”, comentó un usuario identificado como Gran Mike en la red social X.
Una de las principales preocupaciones tras el anuncio era el valor que alcanzaría el dólar oficial una vez liberado. Según lo acordado entre el gobierno argentino y el FMI, la cotización podrá “flotar” entre dos bandas establecidas entre 1.000 y 1.400 pesos argentinos, con la posibilidad de intervención del BCRA si el valor supera estos límites. Contrario a los temores de una devaluación cercana al 30%, el dólar cerró su primera jornada post-cepo a 1.230 pesos, un incremento del 12% respecto al valor previo de 1.100 pesos, alejando momentáneamente el fantasma de un impacto inflacionario inmediato.
Argentina puso fin al cepo cambiario: ¿En que podría afectar a Paraguay?
«Hoy es una demostración de volver a una economía más libre», expresó Joshua Abreu, financista.
Manifestó que en cuanto a las exportaciones de nuestro país, si es que deprecia el tipo de cambio, los… pic.twitter.com/tj9bbrrzTC
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Los mercados financieros respondieron positivamente a la medida, con un fuerte repunte de las acciones argentinas en Wall Street superior al 13%, mientras que en la bolsa local el índice Merval escaló un 2,3% en pesos y un 10,9% en dólares, según reportó el diario económico Ámbito Financiero. Esta reacción favorable se vio reforzada por la visita del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, quien fue recibido por Milei en la Casa Rosada, interpretándose como una señal de respaldo del gobierno de Donald Trump a las políticas económicas implementadas por la administración argentina.
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El presidente Milei se mostró optimista respecto al impacto inflacionario de la medida, asegurando en una entrevista radial que “los precios no tienen por qué aumentar”. Según explicó, con el nivel actual de reservas del BCRA, sería posible rescatar toda la base monetaria a menos de 1.000 pesos por dólar, lo que teóricamente debería contener presiones devaluatorias significativas. Sin embargo, economistas locales mantienen cautela, recordando que históricamente en Argentina los movimientos en el tipo de cambio suelen trasladarse rápidamente a los precios al consumidor, especialmente considerando que la inflación, aunque desacelerada desde el casi 200% anual heredado, aún se mantiene en niveles elevados cercanos al 56% interanual.
Mientras los argentinos se adaptan a esta nueva realidad cambiaria, el desafío para el gobierno de Milei será demostrar que el fin del cepo, junto con el respaldo financiero del FMI y las políticas de austeridad fiscal implementadas desde diciembre, pueden finalmente romper el ciclo de crisis económicas recurrentes que ha caracterizado a la economía argentina durante décadas. El éxito de estas medidas dependerá no solo de factores internos sino también del contexto económico internacional y la capacidad del país para atraer inversiones que generen un flujo sostenible de divisas, reduciendo la dependencia histórica de los préstamos externos y las exportaciones de materias primas.
Fuente: BBC News Mundo