La Policía Federal de Brasil ha escalado la investigación sobre el presunto espionaje a autoridades paraguayas en 2022, citando a declarar al máximo responsable de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN).
Luiz Fernando Corrêa, director general del organismo, deberá comparecer ante las autoridades para responder preguntas en torno a las operaciones de inteligencia que habrían tenido como objetivo funcionarios del gobierno paraguayo durante las negociaciones del Tratado de Itaipú. Esta acción policial marca un punto álgido en un caso que ha tensado las relaciones bilaterales y generado interrogantes sobre la legalidad y la ética de las prácticas de inteligencia en la región.
A Polícia Federal intimou o diretor-geral da Abin, Luiz Fernando Corrêa, para prestar depoimento sobre suposta espionagem e obstrução de investigação. Janaina Camelo traz os detalhes.
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— Jovem Pan News (@JovemPanNews) April 15, 2025
La convocatoria a Corrêa se produce en un momento de creciente escrutinio sobre las actividades de la ABIN durante la administración del ex presidente Jair Bolsonaro. Junto al actual director general, también ha sido citado Alessandro Moretti, quien ocupó un alto cargo en la agencia de inteligencia en el período investigado.
Estas citaciones sugieren que la Policía Federal está profundizando en la cadena de mando para determinar quiénes fueron los responsables directos y quiénes autorizaron las acciones de espionaje. La sede de la Policía Federal será el escenario donde ambos funcionarios deberán ofrecer sus testimonios, en un intento por esclarecer los hechos que han generado controversia a nivel internacional.
El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva no ha tardado en tomar distancia de las presuntas actividades de espionaje. A través de un comunicado oficial de su Ministerio de Relaciones Exteriores, la administración actual admitió la existencia de la operación de inteligencia dirigida a funcionarios paraguayos involucrados en las delicadas negociaciones sobre el Tratado de Itaipú.
En un intento por mitigar el impacto diplomático, el gobierno brasileño atribuyó la responsabilidad de esta acción directamente a la gestión anterior, liderada por Bolsonaro. Esta postura busca deslindar responsabilidades y reafirmar el compromiso del actual gobierno con la transparencia y el respeto a la soberanía de las naciones vecinas.
Según la versión oficial del gobierno brasileño, la operación de espionaje fue autorizada en junio de 2022, en pleno proceso de diálogo sobre el futuro del acuerdo energético binacional. Sin embargo, la actual administración actuó con celeridad al tener conocimiento de los hechos.
El director interino de la ABIN habría revocado la autorización de la operación el 27 de marzo de 2023, poco después de que el gobierno de Lula Da Silva asumiera el poder. Esta cronología sugiere un intento por parte del nuevo gobierno de corregir lo que consideran una extralimitación de las funciones de inteligencia durante la administración anterior.
Informes de prensa brasileños han revelado detalles cruciales sobre la presunta operación de espionaje. El portal UOL informó haber obtenido en exclusiva la declaración de un funcionario de la ABIN que habría participado directamente en la acción. Según esta declaración, que habría sido entregada a la Policía Federal, la operación de inteligencia logró la captura de datos pertenecientes a diversas autoridades de la cúpula paraguaya.
La veracidad de esta información habría sido confirmada por terceras fuentes que tuvieron acceso a los detalles del testimonio. Esta filtración de información añade una capa de complejidad y tensión al caso, al revelar la aparente magnitud del espionaje.
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La revelación de la captura de datos de altos funcionarios paraguayos, ocurrida meses antes de que ambos gobiernos llegaran a un nuevo acuerdo sobre Itaipú, plantea serias interrogantes sobre las motivaciones y los objetivos de la operación de inteligencia.
La cercanía temporal entre el espionaje y la firma del acuerdo sugiere que la información obtenida podría haber sido utilizada para influir en las negociaciones en favor de los intereses brasileños. Este escenario, de confirmarse, podría generar un profundo malestar en Paraguay y poner en riesgo la confianza mutua necesaria para la cooperación bilateral en temas estratégicos como la gestión de la represa de Itaipú.
Fuente: Última Hora