La escalada de violencia en Paraguay ha llevado al ministro del Interior, Enrique Riera, a reconocer públicamente las limitaciones del Estado para controlar la situación. “El tamaño del problema nos está superando”, expresó Riera tras los recientes episodios violentos registrados en la capital y alrededores, incluyendo un asesinato en la Chacarita y una balacera en San Lorenzo.
El Gobierno de Santiago Peña, que había prometido acabar con el problema de las drogas bajo el lema “Chau chespi” durante su campaña electoral, se encuentra ahora ante una realidad que contradice sus expectativas iniciales. A pesar de la implementación del plan “Sumar”, los enfrentamientos entre bandas de microtraficantes continúan aumentando, muchos con desenlaces fatales.
El Ministerio del Interior ha admitido su insatisfacción con los resultados obtenidos hasta el momento. Como respuesta, Riera anunció el lanzamiento de una segunda etapa del plan para el próximo 6 de mayo en el colegio Ysaty de Asunción, con el objetivo de “bajar a cancha el problema”.
Gobierno presenta el plan ‘Sumar’, reemplazando el polémico ‘Chau Chespi’
La nueva estrategia incluye recorridos semanales por los 68 barrios de Asunción y los 19 distritos del departamento Central, donde según datos oficiales existen aproximadamente 90.000 jóvenes adictos menores de 24 años.
Un cambio significativo en el enfoque será el tratamiento dado a los jóvenes con problemas de adicción, quienes ya no serán llevados a comisarías sino a centros especializados. Esta medida busca abordar uno de los principales obstáculos: la imposibilidad de la Fiscalía para procesar a menores de edad.
La situación actual presenta un índice alarmante de reincidencia del 80%, mientras los distribuidores vuelven rápidamente a las calles. “Los que son responsables o dealer serán llevados ante la justicia”, advirtió el ministro, informando sobre la designación de cuatro fiscales para Central y trece para la capital.
Las autoridades han elaborado un mapa de calor que identifica los barrios más conflictivos, denominados “rojos”, que serán objeto de intervenciones prioritarias. La ciudadanía ha reducido su presencia en espacios públicos por temor, mientras los adictos se apoderan de las calles.
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Riera enfatizó que el enfrentamiento directo con los narcotraficantes es responsabilidad exclusiva de las fuerzas de seguridad: “No queremos que los vecinos se enfrenten a los narcotraficantes, ese es trabajo de la Policía, la Senad y los cuerpos de inteligencia”.
El ministro concluyó haciendo un llamado a la colaboración ciudadana, no para combatir directamente el narcotráfico, sino para la recuperación de los jóvenes afectados y la prevención de nuevos casos de adicción en la población vulnerable.
Fuente: Agencia IP