La exploración de petróleo en el Chaco paraguayo ha sufrido una nueva interrupción debido a las recientes lluvias en la zona. Tras un reinicio en enero de 2025, encabezado por la empresa President Energy Py S.A., las actividades fueron nuevamente suspendidas. Esta pausa se debe a la imposibilidad de continuar con las perforaciones en condiciones climáticas adversas. La última fase de búsqueda ocurrió luego de seis años sin movimiento significativo en la región.
El viceministro de Minas y Energía, Mauricio Bejarano, confirmó que existe un compromiso empresarial para retomar los trabajos una vez concluida la temporada de lluvias. Mientras tanto, el enfoque gubernamental ha cambiado, buscando incentivar nuevas inversiones y ampliar el mercado de hidrocarburos, especialmente en torno al gas natural.
Ante las dificultades operativas en el Chaco, el Gobierno ha reorientado su estrategia hacia la promoción del gasoducto bioceánico. Este proyecto se perfila como la principal apuesta para insertar el gas natural en la matriz energética nacional. Según Bejarano, la iniciativa tiene el potencial de atraer inversión, abastecer el mercado interno e incluso generar excedentes para exportación a países vecinos.
El trazado inicial contempla una extensión superior a los 1.000 kilómetros: 530 en Paraguay, 410 en Brasil y 110 en Argentina. La infraestructura seguiría el corredor de la Ruta Bioceánica, lo cual facilitaría su implementación y evitaría conflictos con propiedades privadas o interferencias geográficas.
El viceministro destacó los esfuerzos diplomáticos para concretar acuerdos internacionales. En la última semana, viajó a Brasil para discutir una posible acta de entendimiento multilateral, aunque no se concretó por ausencia de representantes con capacidad de firma de Bolivia y Uruguay. En paralelo, se anunció un próximo encuentro en Buenos Aires con la subsecretaría de Energías de Argentina.
Estos acercamientos buscan consolidar un marco legal y comercial para la viabilidad del gasoducto. El objetivo es garantizar un mercado regional para el gas, tanto para consumo energético como industrial, impulsando así el interés de inversionistas y operadores del sector.
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El proyecto ya cuenta con estudios técnicos, económicos y jurídicos que fortalecen su viabilidad. Bejarano subrayó que Paraguay ha sido incorporado como una ruta estratégica en el G20, lo que incrementa la visibilidad internacional del plan energético. Este reconocimiento posiciona al país como un nodo clave en el futuro de la interconexión regional a través del corredor bioceánico.
Además, al estar proyectado sobre dominio estatal, el gasoducto evitaría los habituales conflictos por servidumbre de paso. Esta característica permite una ejecución más ágil y con menor costo en cuanto a compensaciones y trámites de expropiación.
Uno de los efectos colaterales más relevantes del proyecto sería la mejora de caminos y accesos en el Chaco paraguayo. El Ministerio de Obras Públicas planea desarrollar obras complementarias que faciliten el transporte de materiales y maquinaria, beneficiando también a las comunidades locales.
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En paralelo, se ha iniciado un proceso de consultas con el sector privado para evaluar la cadena de valor del gas natural, desde su transporte hasta su aprovechamiento industrial y energético. Esta interacción apunta a fortalecer el ecosistema que rodeará al gasoducto.
El Gobierno nacional considera que la creación de un mercado confiable es esencial para intensificar la exploración de hidrocarburos. Con el respaldo institucional a través de memorándums de entendimiento, el objetivo es consolidar un entorno propicio para la inversión y el desarrollo energético.
Fuente: ABC Color







