Economía

La cabra gana terreno en el campo paraguayo

Productores del Chaco y la Región Oriental apuestan por la cabra como opción rentable para carne o leche, según la APCC.

En un país marcado por la tradición bovina, la cabra comienza a emerger como una opción estratégica para diversificar la producción ganadera, especialmente entre pequeños y medianos productores. Así lo afirma Cynthia Zárate, presidenta de la Asociación Paraguaya de Criadores de Caprinos (APCC), quien destaca el potencial de este animal por su adaptabilidad y bajo costo de entrada.

“La cabra es el animal que más sobrevive contra todo”, señaló Zárate en diálogo con InfoNegocios, aludiendo a la capacidad de adaptación de esta especie tanto en zonas áridas como en sistemas intensivos. En el Chaco paraguayo, por ejemplo, su crianza se orienta mayoritariamente hacia la producción de carne, mientras que en la Región Oriental se trabaja con animales estabulados para la obtención de leche.

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Para Zárate, uno de los principales atractivos de la actividad caprina es su viabilidad económica: permite generar ingresos sin requerir grandes inversiones iniciales. Sin embargo, insistió en que es necesario tener claridad sobre el objetivo productivo: carne, leche o ambos. Según esa meta, se debe elegir la raza adecuada.

Más allá de las ventajas productivas, el rubro caprino enfrenta desafíos culturales y estructurales. Uno de ellos es el peso de los prejuicios. “Se dice que la cabra come cualquier cosa o que se sube a los techos. Pero todo depende de cómo se la críe”, indicó la presidenta de la APCC, desmitificando algunas creencias comunes.

Otro punto crítico es la informalidad. Aunque la crianza caprina está más difundida de lo que se piensa, la mayoría de los productores no forma parte de asociaciones ni registra formalmente su producción. Esto dificulta la posibilidad de establecer cadenas de valor consolidadas o pensar en mercados más exigentes.

La industrialización es todavía incipiente. No existe un frigorífico específico para cabras y la comercialización suele depender enteramente del productor. En el caso de la leche, apenas unas pocas queserías elaboran queso caprino, pero sin escala ni distribución relevante. “Falta infraestructura, inversión y organización”, reconoció Zárate.

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A pesar de las limitaciones, hay señales de crecimiento. Proyectos como la incorporación del “Cabrito Chaqueño” a la gastronomía o la mayor presencia de animales en ferias como la Expo Trébol buscan aumentar la visibilidad del sector y abrir nuevas oportunidades de mercado.

“El animal ya está, lo que falta es decisión, unión y planificación”, resume Zárate, convencida de que la cabra puede ser clave en el nuevo modelo productivo del campo paraguayo. Y aunque su tamaño no intimide, su impacto podría ser mayor de lo que se imagina.

Fuente: Infonegocios