Científicos chinos desarrollaron un sistema de detección infrarroja inspirado en los escarabajos del fuego, insectos capaces de localizar incendios a decenas de kilómetros. Esta tecnología podría convertirse en la base de un escudo antimisiles más eficiente que los existentes, incluyendo la Cúpula de Hierro israelí o la propuesta Golden Dome estadounidense.
Los escarabajos del fuego poseen un órgano sensorial altamente sensible al calor. Basados en esta característica biológica, los investigadores diseñaron un sensor artificial con capacidad para detectar objetos calientes a gran distancia, incluso en condiciones adversas como humo, niebla o polvo.
En una de las pruebas, los científicos crearon una estructura con diseleniuro de paladio y pentaceno. Este dispositivo detectó radiación infrarroja a intensidades tan bajas como 0,5 milivatios por centímetro cuadrado. En otra fase experimental, se usaron fósforo negro y seleniuro de indio, logrando una memoria fotónica de 0,5 microsegundos, muy superior a los estándares ópticos actuales.
El sistema desarrollado no solo detecta con precisión, sino que además integra funciones de memoria y procesamiento. A diferencia de los sensores basados en silicio, esta tecnología reduce drásticamente el tiempo de respuesta al eliminar la separación entre los módulos de detección y análisis de datos.
Según la publicación en la revista Nature, este avance podría ser aplicado en múltiples ámbitos. Además de uso militar, serviría para mejorar la visión nocturna, la conducción autónoma, la detección temprana de incendios forestales y otros escenarios donde la visibilidad es reducida.
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Aunque China no cuenta con un escudo antimisiles del tipo “cúpula”, como el que promueve Estados Unidos, esta tecnología podría permitir la creación de uno superior. Según el South China Morning Post, la integración y velocidad del sistema chino lo harían más preciso que los modelos occidentales actuales.
Actualmente, China posee varios sistemas de defensa en distintas capas: el Dong Neng-3 para intercepciones exoatmosféricas, el HQ-19 para misiles de medio alcance y el HQ-29 con capacidades antisatélite. La incorporación de esta nueva tecnología podría revolucionar su capacidad defensiva.
Fuente: Xataka







