Durante una audiencia pública realizada en el Congreso Nacional, estudiantes de distintos puntos del país denunciaron las precarias condiciones que enfrentan en el sistema educativo paraguayo. El testimonio más crudo provino de Ever Matías Acosta, estudiante de Eusebio Ayala e integrante de la Unión Nacional de Centros de Estudiantes del Paraguay (Unepy).
El alumno denunció que varios estudiantes de secundaria deben pagar para acceder a lo que denominó los restos del almuerzo escolar del programa Hambre Cero, debido a la falta de inclusión del nivel medio en la provisión alimentaria. Describió que el menú no solo es insuficiente, sino que está en condiciones cuestionables, lo cual impide garantizar un acceso digno a la alimentación.
Acosta relató que algunos alumnos asisten a clases sin haber comido, mientras que otros se ven forzados a pagar por raciones sobrantes. Incluso mencionó que se restringe el uso de celulares para evitar la difusión de imágenes de los alimentos en mal estado. Esta situación fue ejemplificada con una anécdota de un compañero que admitió asistir a clases en ayunas porque en su hogar no alcanzaba la comida.
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El joven también cuestionó la implementación desigual de los kits escolares, señalando que los materiales y libros llegan recién en julio, cuando el calendario escolar ya se encuentra avanzado. Esta situación, afirmó, limita seriamente el proceso de aprendizaje y evidencia la falta de planificación del Ministerio de Educación.
Asimismo, criticó la compra de pupitres de fabricación china adjudicados por USD 32 millones, alegando que no tienen sentido si las escuelas carecen de infraestructura segura. Reclamó que existen instituciones en las que los alumnos deben estudiar al aire libre o en aulas deterioradas, mientras el Estado invierte en mobiliario sin garantizar condiciones mínimas.
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En sus palabras, destacó la voluntad y vocación de algunos docentes que, ante la falta de respuesta institucional, proponen incluso cocinar para sus alumnos. Según el estudiante, estos casos reflejan el abandono estructural del sistema educativo por parte del Estado.
Finalmente, Acosta cuestionó la gestión del ministro de Educación, Luis Ramírez, instándolo a salir de su oficina para conocer la realidad que enfrentan estudiantes de sectores vulnerables. Afirmó que un ministro ausente no puede responder a las necesidades reales del sistema.
