La relación bilateral entre Estados Unidos y Brasil atraviesa uno de sus momentos más tensos tras el anuncio del presidente Donald Trump de aplicar aranceles del 50 % a una serie de productos brasileños. La medida, que entra en vigor el 6 de agosto, responde directamente al juicio que enfrenta el expresidente Jair Bolsonaro por presuntos actos golpistas.
Según el decreto emitido por la Casa Blanca, el aumento arancelario afecta de forma selectiva a las exportaciones brasileñas. Productos como el café, de alto volumen y relevancia económica, quedan alcanzados por la nueva tarifa, mientras que otros rubros, como aeronaves, fertilizantes y jugos, quedan exentos.
El gobierno de Trump justificó la decisión como una respuesta a lo que califica como persecución política por parte del gobierno brasileño contra Bolsonaro y sus aliados. El comunicado oficial cita violaciones a los derechos humanos, censura y presión institucional como elementos que vulneran los principios democráticos.
Donald #Trump aumentó a 50% los aranceles contra la mayoría de los productos de #Brasil, bajo el argumento de una supuesta persecución política contra su aliado, el ex presidente Jair Bolsonaro. Trump sigue dejando claro que sus aranceles son una medida de presión política: pic.twitter.com/9bDigiSqmM
— Nacho Lozano (@nacholozano) July 31, 2025
El juez de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes, fue sancionado individualmente. Washington le atribuye un uso excesivo de poder judicial para reprimir opositores, por lo que impuso restricciones económicas a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.
El Ministerio de Hacienda de Brasil, encabezado por Fernando Haddad, anticipó un plan de contingencia para mitigar los efectos de la medida estadounidense. Entre los sectores más afectados figuran productores agrícolas y empresas exportadoras, en especial las del rubro cafetalero.
En declaraciones recientes, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva sostuvo que no aceptará condiciones unilaterales impuestas por Washington. Señaló que la política exterior debe construirse desde el respeto a la soberanía y enmarcada en acuerdos multilaterales.
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Trump, por su parte, ya había anticipado la medida en una carta dirigida a Lula a inicios de julio. En paralelo, envió otra misiva al expresidente Bolsonaro, en la que reafirmó su respaldo político y criticó el rumbo adoptado por el actual gobierno brasileño.
En el plano regional, el impacto del endurecimiento arancelario estadounidense se extiende a otros países. Argentina explora acuerdos bilaterales con Washington para reducir sus propios tributos, mientras que naciones como India y Corea del Sur negocian excepciones comerciales mediante promesas de inversión o realineamientos estratégicos.
Fuente: Clarín







