La Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) fue víctima de una millonaria estafa perpetrada por Cristian Brítez, recluso de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú conocido como “el reo de las mil voces”. El interno logró hacerse pasar por el secretario del obispo Ricardo Valenzuela y, bajo esa identidad, solicitó una donación destinada supuestamente a las obras de revitalización de la Basílica de Caacupé.
El gerente general de la APF, Hugo Kuroki, cayó en la maniobra y transfirió G. 50 millones, confiando en que se trataba de un aporte habitual de la institución. Sin embargo, al no recibir constancias de la operación, sospechó del engaño y denunció el hecho a la Policía Nacional.

El comisario Flaminio Quinteros, jefe de Investigaciones del Departamento Central, confirmó que el dinero terminó en manos de dos mujeres: Yanina Elizabeth Acosta Ojeda (26) y Jessica Mabel Fernández Enciso (18). Ellas recibieron la transferencia y, siguiendo instrucciones desde la cárcel, entregaron G. 49 millones en efectivo a una mujer identificada como “Katy” en el Mercado 4, quedándose con un millón para dividir entre ambas.
«El hombre de las mil voces» volvió a hacer de las suyas
Se hizo pasar como «secretario» del Monseñor Valenzuela y estafó por G. 50 millones a la APF
♦️ Cristian Brítez (37) cometió el engaño pese a estar recluido en el Penal de Tacumbú. Estafó a la matriz del fútbol… pic.twitter.com/ikLb2TwPed
— NPY Oficial (@npyoficial) September 10, 2025
Las detenidas negaron parte de su responsabilidad, pero la trazabilidad del dinero y los allanamientos en Tacumbú confirmaron la participación de otros internos. En la celda de Javier Espínola, pareja de Yanina, se encontró un papel con el número de cédula de la mujer, lo que lo vincularía al esquema. También estaría implicado Juan Echeverría, otro recluso que habría coordinado la operación.
La investigación reveló además que Yanina Acosta tenía antecedentes de intentos de ingreso irregular de dinero en Tacumbú, lo que refuerza la hipótesis de su rol activo en la red de estafas.
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Este no es el primer caso de fraude utilizando el nombre del obispo de Caacupé. La diócesis había alertado en mayo y julio de este año sobre estafadores que pedían dinero en nombre de la iglesia para supuestas obras de mantenimiento de la Basílica.
Las autoridades confirmaron que Cristian Brítez fue aislado dentro del penal. El caso pone nuevamente en la mira a Tacumbú, donde reclusos continúan operando complejas estafas telefónicas desde el interior de la cárcel, evidenciando la falta de control sobre los pabellones.
Fuente: ÚH







